domingo, agosto 24, 2008

PUBLICIDAD: LA FÓRMULA IIBOE DE FAUSTINO PÉREZ



LA FÓRMULA IIBOE DE FAUSTINO PÉREZ
Todo anuncio o aviso publicitario puede ser enfocado o analizado desde diferentes ángulos, y cada enfoque, que podríamos considerar como un componente – por así decirlo - constituye una especie de eje que se puede imaginar como una auténtica escala sobre la cual fluctúa el anuncio, y puede ser valorada de más a menos en la escala.
Los principales aspectos, facetas, ángulos, vertientes y enfoques serían cinco. Naturalmente que todos están relacionados entre sí por ser partes del todo publicitario.
El primer eje se refiere a la cantidad de información/desinformación, porque la publicidad informa de lo positivo del producto o servicio anunciado, pero por otro lado aporta y tergiversa datos que podrían cambiar el consumo si se revelaran los verdaderos.
La segunda escala alude a la faceta intelectual, y se mueve en la escala mencionada según el grado de instrucción/embrutecimiento, que proporcione el comercial al posible cliente. Es preciso señalar que, por ejemplo, la repetición excesiva del anuncio en los medios, produce un efecto obnubilante o de aturdimiento en la audiencia, sin ir más lejos, ya que multiplica lo bueno o lo malo que pueda tener el comercial.
El tercer micro-módulo trata del enfoque que se le confiere al producto, que puede ser más o menos verídico, ya que el publicista tiene la capacidad de expresar las bondades del mismo, en un extremo, u ocultar los defectos en el otro. Es un debate entre la conveniencia y la ética. Se sabe que lo negativo suele ocultarse y lo positivo resaltarse.
La cuarta escala se relaciona con el aspecto psicológico, y los efectos que produce en el consumidor, de acuerdo con el grado de orientación/desorientación que proporcione.
El quinto y último eje, maneja el semblante económico, su estímulo al consumo, y sus secuelas de daños personales y ecológicos, si se lleva hasta las últimas consecuencias. Es decir que se trata de la escala: estímular al consumo/provocar daño y contaminación.
Con la fórmula IIBOE de Faustino Pérez es posible clasificar y valorar cualquier anuncio, - con esta cinco escalas que fluctúan de cero a diez - , descritas anteriormente.

Ver: librosdefaustinoperez.blogspot.com

lunes, agosto 18, 2008

MÚSICO DE LA FIESTA DE "PALOS" (foto: ENGELS MATEO)

TIPS PARA LOS FOTÓGRAFOS

EL FOTÓGRAFO Y LA MODELO


FAUSTINO PÉREZ

Desde el punto de vista de la cibernética se dice que una persona es más “inteligente” mientras más jergas, argots, idiomas y lenguajes domine; es decir, mientras mayor sea la cantidad de información que pueda “entender”. De igual forma podría afirmarse que un fotógrafo es más versátil, en la medida en la cual practique con éxito diferentes especialidades fotográficas.
No me estoy refiriendo a los llamados “chiriperos” de la cámara, quienes dicen que si a todo, y luego no hacen bien nada, aunque ya se sabe que las actividades que las personas realizan para sobrevivir son inverosímiles, y están en su perfecto derecho. Otro problema sería lo que opinan sus clientes defraudados.
Qué duda cabe de que no es lo mismo disparar con una cámara acuática bajo el agua, que una foto de un acto público, una instantánea en un mercado de pulgas repleto de gente, que un bodegón publicitario empleando un sinfín de fondo, tomar una foto furtiva de paparazzi, o bien, fotografiar a una modelo…Cada tipo de fotografía – por así decirlo – tiene sus características, sus bemoles y problemas disímiles a resolver, independientemente de las limitaciones técnicas, psicológicas y físicas del fotógrafo.
La fotografía como técnica-arte-ciencia-hobbie, cada día se diversifica y se especializa más; por consiguiente, resulta prácticamente imposible abarcarlo todo.
No obstante, el tema que nos ocupa, sin ser uno de los llamados grandes tópicos del mundo fotográfico, se practica con múltiples finalidades. El binomio fotógrafo-modelo, de sexos contrarios, si bien no es, por supuesto, el único posible para esta especialización, sí en cambio es el más corriente: Nos referimos a la combinación hombre-fotógrafo y modelo-mujer. De ahí que la gran mayoría de mis comentarios se referirán a esa clase de pareja.
Naturalmente, que existe una gran diferencia entre fotografiar profesionalmente a una top model reconocida internacionalmente, que cobre un dineral y con mucha demanda de trabajo, en una isla paradisíaca del Pacífico, o en un depósito de autos viejos en Los Ángeles, en un tren–bala japonés, o en un canal de Amsterdam; al comparar esto con el vecino que pide una camarita prestada para fotografiar a su nieta en la acera de la casa el día de su cumpleaños, notaremos el contraste en seguida.
Como ustedes comprenderán, los problemas logísticos y de material de apoyo incluyendo a los ayudantes y asistentes, son muy diferentes. En las “grandes ligas” de la fotografía, existe una competencia atroz, muchisimo dinero e intereses involucrados, y reputaciones que es menester revalidar constantemente, para que las cotizaciones aumenten o, que como mínimo, se mantengan. No es cuestión de “hazme un favor que luego yo te hago otro”, sino más bien, de que “si tú quieres esa foto tienes que pagar tanto”.
Mucho menos es un asunto de recortar una fotografía de una revista extranjera y decirle al fotógrafo: “yo quiero una igual”; o peor aún, de usar esa misma foto e incluirla en un arte sin pedir permiso a nadie, sin darle crédito a la modelo, ni al que tomó la imagen, y sin desembolsar nada; y luego pretender vender la publicación donde aparece la foto pirateada fuera del país.
Desde la vertiente de la relación fotógrafo-modelo, si se aplica una “fórmula”, o sea, tal ángulo, con tal luz, con tal distancia, con tal lente, con tal fondo… basta con fijarse en sus características corpo-faciales y trabajar en consecuencia utilizando el método descrito en los manuales. La resultante será casi siempre una foto fría y más o menos correcta. Para hacer esto no se precisa conocer la psicología y el potencial de las personas. No es lo mismo que pretender lograr algo más que una apariencia estándar, con una imagen con estilo propio, para lo cual se precisa que se desarrolle una compenetración entre el fotógrafo y la fotografiada. Bueno, como los estilos tienen un marchamo, los clientes ya eligen a los fotógrafos conociendo de antemano sus trabajos previos.
Cabe la posibilidad de efectuar variantes a partir de una idealización básica que haya servido de punto de partida; luego se selecciona. Incluso, la protagonista puede tener una inspiración genial, lo mismo que el autor de la foto; o bien, cabe la posibilidad de que la modelo adopte una pose de las suyas que sirva y sea interesante o adecuada para el fin que se quiera lograr. Hay que hacer la salvedad de que no todas las modelos tienen la misma capacidad de improvisación. De todas formas, se supone que si son profesionales tienen un mínimo de aptitudes.
De todas formas el ambiente favorece o desfavorece las fotos; por descontado que existe mucha diferencia entre estar en un hotel de lujo o encontrarse un basurero maloliente, o bien, en un camposanto abandonado de madugada, versus un ring de lucha libre. Es preciso tomar todo esto en cuenta, y mucho más, ya que la búsqueda de imágenes insólitas no tiene límites.
La música puede jugar un papel importante cuando sea pertinente, claro está, complaciendo los gustos de la modelo. Se sabe por experiencia que el acompañamiento musical puede crear un estado de ánimo, y un “feeling”, de tal suerte que hasta contribuya a marcar el ritmo de los disparos; además, es probable que colabore en un alto porcentaje al éxito de la sesión fotográfica, es decir, a la consecución de lo que se quiere lograr o expresar por medio de imágenes. En exteriores cabe la opción de llevar un equipo portátil.
En las sesiones profesionales es imprescindible tener ayudantes para encargarse de eliminar el posible sudor causado por las altas temperaturas de la iluminación artificial, o bien, del sol ardiente. De lo contrario, si además no se retoca el peinado, el maquillaje y la vestimenta, se corre el riesgo de que las fotos tengan que ser retocadas mucho o que sean inservibles.
Los fotógrafos de modelos desnudos tienen que contar con mayores presupuestos, porque las modelos cobran tarifas más caras, aparte de que no todas están disponibles para posar sin ropa. Hay fotógrafos que les proporcionan a sus modelos bebidas alcohólicas, con el fin de que se desinhiban. Se han dado casos de modelos borrachas, que cometen toda clase de excesos.
Para las fotos semi-profesionales, hay que tener mucho cuidado con los juicios emitidos por allegados, puesto que aunque sean buenas personas en otros órdenes y tengan intenciones sanas, eso no significa que automáticamente estén capacitadas para emitir una crítica aceptable, sobre estos temas.
Hay féminas muy coquetas, desenvueltas o con grandes dotes histriónicas, pero que no son profesionales, que al ponerse frente a una cámara se quedan casi petrificadas. Si el fotógrafo no conoce ese comportamiento puede sufrir una decepción. A propósito, hay modelos masculinos que son más coquetos y narcisistas que muchas mujeres, hasta tal punto que parecerían que suspiran todas las mañanas ante el espejo al contemplarse.
Hay modelos no muy experimentadas que digamos, que están demasiado pendientes del disparo, y salen como los espías mirando de reojo, otras en cambio aparecen tensas por su exagerado sentido de no hacer el ridículo. La clave de esto está en la naturalidad, aunque la toma sea extravagante. Existe un paralelismo entre la manera de “enfrentar” a la cámara, y los modos que desarrolla la gente para lidiar con los asuntos y problemas que la vida les depara.

viernes, agosto 08, 2008

MÁQUINA DEL TIEMPO (fotomontaje con fractal: FAUSTINO PÉREZ)

YA EXISTE UNA "MÁQUINA DEL TIEMPO"

LA FOTOGRAFÍA ES UNA “MÁQUINA DEL TIEMPO” PRETÉRITO

Por FAUSTINO PÉREZ


En los corrillos especializados se comenta que la cámara fotográfica jamás le perdonará al tiempo la jugarreta que le hace. Ella cree que lo atrapa, pero él sigue como si tal cosa. Ella cree que lo detiene, pero a él nadie le pone un stop.
Una vez que tiene la máquina fotográfica en sus manos, el fotógrafo se regodea con la ilusión de que tiene a la “realidad” cogida, tanto la externa visible, así como también la interna de sus sentimientos, aprehensiones, y criterios; sin ni siquiera pensar que esa imagen que él puede plasmar, al contemplar el resultado obtenido siempre será de dos dimensiones físicas, (alto y ancho), en contraposición con el mundo físico que posee tres, (altura, anchura y profundidad), y encima lo que él logra carece de todos los demás estímulos que no sean los visuales (1). Esto no significa que la apariencia fotográfica no tenga su propio olor, su sabor característico, y deje de producir una sensación al tacto; pero esas sensaciones no se corresponden con las de la vida real, que la foto representa.
No obstante, hay que reconocer que la fotografía sirve como un recordatorio de unos lugares y circunstancias, de ciertos momentos, de muchas o pocas personas conocidas o familiares, y de cualquiera de sus edades.
Aunque no sea precisamente un avisador, el bártulo fotográfico tiene de por sí una especie de temporizador incorporado de fábrica, conocido como la velocidad, el cual mide el tiempo que va a permanecer la luz entrando a la película en la fotografía convencional; o bien, activando los microcircuitos en la foto digital, con la finalidad de poder convertir los fotones de luz, en electrones manejables por el procesador de la cámara.
Una vez expuesta, si la imagen fotográfica es de calidad, y está bien seleccionada a posteriori, puede servir como síntesis visual de algo que ocurrió espontáneamente y se fotografió, o bien, de aquello que se escenificó o se preparó delante de la máquina de hacer fotos. En casos muy extraordinarios, si el hecho fotografiado es importante y trascendental, y si la foto fue oportuna, puede convertirse en una foto-emblemática. Al actuar como un resumen o recapitulación visual, resulta ser una manera metafórica de concentrar el tiempo, y trae a la memoria de las personas el hecho de importancia. Si la imagen es imitada, y si se convierte en un producto rentable, es influyente, archiconocida, permanente, trascendental, y alcanza el nivel de símbolo, o estereotipo durable, entonces estamos hablando de un icono en comunicación o en los mass media.
De todo lo anterior se deduce que una fotografía siempre es una imagen en tiempo pasado; por más que el usuario de la cámara pueda representar con alegorías el presente, e incluso al futuro, icónicamente hablando, todo ello independientemente de la máquina fotográfica que tenga.
Si por ejemplo, el fotógrafo dispara una ráfaga de fotos con una cámara motorizada, aunque no se dé cuenta, lo que está haciendo en realidad, es que intenta “perseguir” al tiempo con una mayor cantidad de disparos; y a su vez esa secuenciación fotográfica, se convierte en una sumatoria de tiempos, por así decirlo, de la duración de cada uno de los disparos que captan el fenómeno, - a base de intervalos regulares - , entre disparo y disparo; y naturalmente siempre pierde la partida, ya que es una competencia que se sabe de antemano cómo va a terminar, con todas las imágenes en tiempo pasado.
¿Y qué ocurre con los fotomontajes realizables de muchas formas?, sencillamente que se juntan dos o más imágenes en pretérito; lo que nos atrevemos a llamar “un pretérito combinado”. Se combinan el aquí-en-este-momento, con el allá-después…siempre en pasado, como dijimos. El montaje es un “matrimonio” que provoca una redundancia o reiteración de la temporalidad; pero en definitiva, si se mezcla el tiempo, también se conjuga el espacio, al estar indisolublemente unidos.
Quien hacía un auténtico corte transversal en el tiempo debido a su maestría en el oficio, sin hacer combinaciones de imágenes, y sin ni siquiera permitir alteraciones en el encuadre original efectuado in situ, era Henri Cartier Bresson. En su ya clásico libro titulado El Momento Decisivo, aparecido en el 1952, (2) afirmaba: “dentro del movimiento hay un momento en el cual todos los elementos que se mueven están en equilibrio”. Esto implica que él enfatizaba el cinetismo y la composición de la imagen fotográfica, más que el aspecto de la temporalidad, a pesar de que con el título sí lo hizo.
En cualquier caso los cuerpos se desplazan en el tiempo y en el espacio, y en la mayoría de las fotos “straights”, lo que se hace es congelar el momento, si se sabe, y/o se quiere, y/o se puede, o bien, detenerlo o combinarlo, si se desea, como ya hemos visto en los montajes.
Cuando existe algún tipo de movimiento involucrado durante la toma, (del sujeto, de la cámara y/o del fotógrafo), hay que tener en consideración dos variables indirectas que inciden en la apariencia fotográfica: y son la exposición correcta de la luz, y que el sujeto esté bien enfocado, empero, aún así la imagen puede salir movida también, dependiendo de la velocidad de obturación o disparo, y/o de la rapidez de los desplazamientos envueltos (3).
En los supuestos en que la fotografía aparezca corrida o vibrada (ligeramente movida), se podría interpretar como un patinazo o resbalón en el tiempo, claro está, en el pasado siempre. De cualquier forma es un tiempo diferido. Este efecto se realiza de varias maneras, incluyendo al llamado “barrido” o “paneo”, en todas sus variantes.
La variable de la temporalidad siempre es un tema complejo en cualquier disciplina, y en la fotografía no es ninguna excepción, por ejemplo, ¿que sucede con el tiempo cuando la foto se toma de un espejo? En este caso el tiempo va y vuelve antes de quedar plasmado. ¿Y la imagen con un difuminado o efecto de “flou”?, se podría interpretar que se hace para diluir el tiempo. ¿Y que ocurre cuando se retoca la foto para eliminar todas las pequeñas imperfecciones de la piel y para quitar años?, tal como casi siempre sucede en las imágenes publicitarias y propagandísticas, ¿se está engañando al tiempo?, a la vez que se intenta mentir también a quien contempla la imagen. Pero ¿que pasa cuando se le cambia el color a una apariencia fotográfica?, ¿se trata de una mudanza en el tiempo de un planeta a otro? Y si se crea un efecto de tercera dimensión con la foto, ¿se resalta el tiempo o se proyecta hacia el futuro, con ese efecto?
Hay trucos más complejos, por ejemplo, permutando el fondo de la modelo o del sujeto, con una abstracción, o bien, con un efecto de realidad virtual, con un fractal, o con cualquier otro tipo de imagen irreal. Con estos efectos se está sobredimensionando al tiempo al trasladar al sujeto a un espacio imposible en la vida real. ¿Pero que sucede en los supuestos en que se intervenga la imagen con cualquier programa de manejo de imagen? Aquí se traslada el tiempo a otra categorización.
Ahora bien, si no se realiza ningún tipo de efecto, ¿se relaciona la foto con el tiempo?, pues claro que sí porque al tener una duración, o bien, dicho de otra forma, el haber tomado una fracción de tiempo durante la toma la vincula con lo temporal. Así tenemos que un paisaje magnificente puede producir una sensación de tiempo detenido, o un momentum, ya que puede ser algo sobrecogedor. ¿Y si se trata de una imagen romántica de una pareja, o de unos niños jugando?, pues lo mismo digo, el primero sería un tiempo íntimo, y el segundo un tiempo alegre y desenfadado. El mismo razonamiento se puede aplicar para los centenares de tipos, clases, y categorías de fotos que existen. (4)
De lo que no cabe ninguna duda, si hacemos otro tipo de deducciones, es que en fotografía existen varios tiempos diferentes solapados. Por un lado tenemos al tiempo que dura la toma fotográfica en sí, que es diferente del tiempo que pasa desde la toma, o del tiempo de preparación para la toma. Otro tiempo es la edad de los sujetos, o bien, la edad que aparentan, y así sucesivamente.
Tal como afirmaba Roland Barthes, (5): “El punctum de una foto es ese azar que en ella me despunta (pero que también me lastima, me punza)”. Eso mismo puede hacer que el fotógrafo vuelva a la realidad, y caiga en la cuenta de que ¡cuán ilusa es la fotografía con el tiempo, que quiere atraparlo a toda costa y no lo logra nunca!

BIBLIOGRAFÍA:

(1) Román Gubern. LA MIRADA OPULENTA. GUSTAVO GILI. BARCELONA. 1987. Pag. 159.
(2) Henri Cartier Bresson. THE DECISIVE MOMENT. SIMON AND SCHUSTER. NEW YORK. 1952.
(3) Faustino Pérez. TEORÍA DE LA TOMA FOTOGRÁFICA. BÚHO. SANTO DOMINGO, R.D. 2007. Pag. 28 y 100.
(4) Faustino Pérez. TIPOS DE FOTOS. BÚHO. SANTO DOMINGO, R.D. 2005. Pag. 34-40.
(5) Roland Barthes. LA CÁMARA LÚCIDA. PAIDÓS COMUNICACIÓN. BARCELONA. 1990. Pag. 65.

viernes, agosto 01, 2008

Marilyn Monroe (fotos: BERT STERN)

TODO EL MUNDO DICE...

YO MARILYNEO, TU MARILYNEAS, ÉL…(2da. versión corregida y ampliada)



Por FAUSTINO PÉREZ


¿Qué tienen en común el Carnaval de Río de Janeiro, el cura comunista nicaragüense Ernesto Cardenal, la revista francesa PHOTO, las técnicas digitales cinematográficas modernas, la conocida papelería de Macalé en la Zona Colonial de Santo Domingo, y un servidor?; la respuesta no se hace esperar: todos nosotros hemos contribuido a echarle leña a la hoguera del mito de Marilyn Monroe.
El carnaval más famoso del mundo ha tenido carrozas alusivas a ella, el cura poeta de Nicaragua le dedicó un extenso y sentido poema, la revista francesa ha publicado portafolios de la actriz en varias oportunidades, las técnicas digitales intentan “revivirla” para realizar películas, el desaparecido Macalé coleccionaba parafernalia marilynesca, y un servidor escribe de nuevo acerca de la starlette.
Muchos saben que el artista de culto estadounidense Andy Warhol, contribuyó sobremanera a darla a conocer en el mundo de las artes plásticas, fuera de su ámbito más “natural” del cine, pero pocos conocen su verdadero nombre: Norma Jeane Mortenson, nacida en el 1926, y fallecida en circunstancias todavía misteriosas, en 1962. Todos los años salen a la venta libros que tratan acerca de ella y de las circunstancias de su deplorable muerte.
Warhol realizó unas series serigráficas de varios personajes como Mao Tse Tung, Jackeline Kennedy, Elizabeth Taylor, Elvis Presley…, y en 1962 tomó un fotograma de la película “Los Caballeros las Prefieren Rubias”, en la que actuaba ella. Con la serie de serigrafías tamaño póster que hizo del cuadro del film, él y otros creadores como Richard Hamilton, en Inglaterra, - otro conocido artista pop quien también le dedicó varios trabajos, en la misma década - , convirtieron a Marilyn en un icono de la cultura pop, la mujer más deseada por todos los hombres, un mito viviente.
Los matrimonios de la Monroe con el ídolo del béisbol Joe DiMaggio, y con el famoso dramaturgo Arthur Miller, con sus respectivos divorcios, contribuyeron por igual a incrementar la fama de ella. El paradigmático Hugh Hefner, fundador de la revista Playboy, compró el nicho vacío contiguo de la recordada Marilyn en el cementerio, para ser enterrado al lado de ella. No nos olvidemos que Marilyn Monroe fue la primera chica de las páginas centrales de la revista Playboy, con una foto de calendario, la cual contribuyó en gran medida al éxito de la publicación.
Independientemente de sus affaires y de su agitada vida íntima, Marilyn pasó por cuatro fases muy bien diferenciadas, si la analizamos desde la vertiente de sus atributos psico-físicos.
En un principio se “vendió” la imagen de una “inocente criaturita” recién llegada del pueblo, que si bien era audaz en sus poses, más que nada “invitaba” a quererla y a adorarla sin hacerle daño. Luego pasó por una etapa de actriz principiante y ambiciosa, que moldeaba su “look” para complacer a sus admiradores que iban en aumento. Su fama ya se acrecentaba.
En un tercer estadio era la súper-vamp, el mito erótico que provocaba y desquiciaba a todos los hombres, la fantasía más sublime y seductora, la pin-up girl favorita de todos los cuarteles de soldados estadounidenses. A este período corresponden sus famosos coqueteos, con el Presidente Kennedy y con su hermano Robert, y los rumores acerca del tipo de relación sexual que tuvo con ellos. (En youtube se puede ver el legendario vídeo de la actriz cantándole Happy Birthday al Presidente de los EE UU).
Pero el correr de los años y las “correrías” de su vida privada hicieron mella en Marilyn, y aunque ella atraía mucho, y tenía fama y nombre, ya no era la misma y en su cuerpo y rostro se notaban las huellas de los excesos, que fueron el preludio de su trágico desenlace. Esta era una Marilyn francamente decadente. En las imágenes de la morgue: http://www.celebritymorgue.com/marilyn-monroe/, a raíz de su fallecimiento, se nota su deterioro físico.
Empero la Monroe aún pervive espoleada por las grandes “fábricas” del mundo del espectáculo y de la publicidad, y así el “star system” se mantiene a partir de los años 60 con dos hit parades: el de las “divinidades” ya fallecidas capaces todavía de provocar nostalgias y suspiros, y otro, de los que están en este plano de existencia y que son portadores de emociones frescas. Y como dice Juan Cueto, en su libro “Mitologías de la Modernidad”: “Lo que las masas adoran - y desean, por lo tanto – es la capacidad de los elegidos para triunfar en los mass media”; a lo que añade: “Los dioses de hoy son conocidos y admirados simplemente por ser conocidos…”
A Marilyn le cabe el honor de haber creado varios estereotipos, que con el tiempo se han convertido en verdaderos iconos típicos estadounidenses. ¿No recuerdan ustedes la estampa de esa boca roja, sensual y brillante, de labios entreabiertos, que aparece por todos lados en un primerísimo primer plano?, o bien, aquella chica a quien la brisa del escape de aire, a propósito del paso del tren subterráneo, le levanta la falda y ella se la sujeta pícaramente.
La propia Madonna, quien ya tiene 50 años de edad, y está en su última fase como cantante y precursora de estilos en la moda, tuvo que abandonar su imagen inicial de chica punk, que tenía en sus comienzos, y apoyarse en los estereotipos creados por su precursora Marilyn ¡Hasta tuvo un affaire con el hijo del Presidente Kennedy! Desde esa plataforma pudo aportar sus propios “ganchos” visuales, entre los que se destaca el uso del “bustier”, y el crucifijo colgado en el cuello. De paso, apareció en un videoclip quemando cruces, y practica el beso lésbico en la boca públicamente, como una forma descarada de auto-promoción, es decir, para que hablen de ella, por sus irreverencias. Marilyn nunca tuvo necesidad de llegar a esos extremos equivalentes, en su época.
Ya Madonna se perfila como una buena candidata para la otra lista de súper-ventas del más-allá, pero nunca ha tenido, ni tendrá, la gracia y el sex appeal de Marilyn. De lo que no cabe ninguna duda es que todavía nadie ha logrado desbancar a la Monroe, a pesar de que hoy en día su cuerpo de curvas redondeadas ya no está de moda; y ni siquiera Jean Harlow, la rubia platino sex symbol de los años 30, la época dorada de Hollywood, es recordada por las masas. Tampoco se recuerda a Sharon Tate, la otra “gatita” sexy y bella, posterior a Marilyn, esposa del director de cine Roman Polanski, quién fue vilmente asesinada en California, en el 1969, por seguidores de Charles Manson. Parece ser que no tenía suficiente “madera”.
Y así continúa incrementándose el culto al recuerdo de Marilyn Monroe, ya convertida en una “industria” estable y próspera, porque como dice la frase: “el show debe continuar”…y el negocio también.