lunes, agosto 23, 2010
LA TRIBU DEL DIOS OÍDO ATACA DE NUEVO
Grafiti de la Zona Universitaria de Santo Domingo (foto: ENGELS MATEO)
Por FAUSTINO PÉREZ
Si de ruido se trata, nosotros somos una potencia mundial en el ranking de los países. Naturalmente que no somos los únicos ruidosos; basta con recordar las señales acústicas de los camiones de bomberos de New York, que dejan estupefacto y patidifuso al mejor, o bien, el ruido de fondo de los vehículos transitando por los Campos Elíseos de París sobre los adoquines de la bella avenida, o el maremágnum de voces que se produce cinco veces al día en el Cairo y otras ciudades de la mismas creencias, al transmitir simultáneamente, pero sin estar totalmente sincronizadas, las mismas oraciones desde los minaretes de miles de mezquitas.
Pero estos tres ejemplos son de ruidos más o menos previsibles, en cambio la mayoría de los sonidos molestos que se producen en nuestras ciudades y pueblos, son fácilmente evitables, si tan sólo se tuviera la intención.
No sé si la herencia africana pesa, aún así, el folklorista Fradique Lizardo encontró evidencias de más de cien etnias diferentes de esclavos provenientes de ese continente, lo cual dificulta mucho el estudio del fenómeno; de todas formas, da la impresión de que al dominicano no le gusta el silencio y la tranquilidad, por ejemplo: por qué un vendedor de helados tiene que anunciar sus productos utilizando un megáfono a medianoche, o un camionero recorre un kilómetro por el Malecón, ensordeciendo con sus estridencias a todo el que pueda escucharlo a cualquier hora, o un predicador se pasa diez horas en un parque con sus mismo discurso, y claro está, con la voz amplificada. Hay sectores en los que los perros callejeros ofrecen conciertos nocturnos de ladridos a capella todos los días, y el alcalde no asiste, pero mientras tanto los afectados son los moradores de los vecindarios; quienes también son perturbados por los ruidos de los motoristas de todas clases. Cuando a alguien se le ocurre organizar una fiesta en el patio de su casa, o en la calle, o el parque, o en cualquier sitio, los afectados tienen que soportar los decibelios hasta el amanecer, porque el ciudadano que no está en la fiesta y que paga impuestos está indefenso. Y lo bueno es que nadie mueve un dedo para evitar semejantes perturbaciones; una vez se me ocurrió llamar al teléfono de la brigada anti-ruidos para denunciar un problema con una planta eléctrica molestosa, y me contestaron, después de muchos intentos, que fuera yo a hablar con el dueño de la planta…
No digamos nada de los llamados colmadones que no respetan a nadie y le quitan el sueño y el sosiego a decenas de vecinos a su alrededor con sus ruidos y las trifulcas que arman los parroquianos; o aquel que transita con sus vehículo convertido en una minidiscoteca ambulante para llamar la atención, a pesar del gasto que conlleva semejante equipo musical, y escucha la música que le da la gana, a la hora que le da la gana, en el barrio que le da la gana, a la velocidad del vehículo que le da la gana, y al volumen que le da la gana; y si está enamorado, pasa todas las veces que le da la gana, simplemente porque a él le da la gana.
La verdad es que uno se maravilla cómo esos simpatizantes y/o empleados de los políticos, se pasan horas delante del ruido infernal de los altavoces de los camiones, que van en las caravanas proselitistas, o ¿es que acaso tienen los tímpanos blindados o una anestesia auditiva, o a lo mejor ya están medio sordos? Al dominicano le place tanto el ruido, que se gasta miles de pesos en instalarle una alarma a su vehículo, y cuando se activa dicha alarma, no le hace el más mínimo caso, pero mientras tanto molesta a los demás. Los mismos fuegos artificiales gustan más por el ruido que producen que por los efectos lumínicos.
Hay vendedores callejeros, negocios con locales, y casas de familia, inclusive, que utilizan la música y los ruidos como una forma de delimitar o acotar su “territorio”, o sea, es una manera de decir “yo estoy aquí y esto me pertenece”, equivalente a lo que lo haría un perro en un poste de luz, pero hecho de otra forma. Esto se puede verificar en cualquier lugar.
La intersección de la Ave. Duarte con la Calle París es famosa por el ruido, que alcanza sus cotas máximas en la época navideña, basta con darse una vuelta por el entorno, para comprobarlo. Ahí se dan cita los vendedorses de música pirateada, los anunciantes de toda clase de productos, los que vocean para comunicarse, los propios vehículos, y así por el estilo.
Empero, no se crean que los ruídos sólo se originan en la ciudades, ya que hay pueblos que nos superan en decibelios, con sus motoristas ruidosos a todas horas, choferes de transporte voceando y con sus bocinas y sirenas sin respetar a nadie, clubes con una música incesante a todo volumen, animales ruidosos de todo tipo, y la misma gente comunicándose, entre otros.
Es probable que la malsana costumbre moderna dominicana de hablar en voz alta, tenga su origen en la práctica de los campesinos de salvar grandes distancias para comunicarse, empleando el recurso de la voz. Cuando esa gente joven del campo emigra a las ciudades traen sus hábitos consigo, conjuntamente con una sordera incipiente. Si a esto se le suma la alta concentración de humedad relativa del aire en el trópico, lo cual provoca que se propague más el sonido y que el espacio se convierta en una especie de caja de resonancia gigante, tenemos los ingredientes ideales, que mezclados con el bajo grado de escolaridad y el elevado nivel de ignorancia, dan como resultado un círculo vicioso de nunca acabar.
Los emigrados enseñan a su hijos a comunicarse en voz alta, aunque vivan en la ciudad, sumado a los decibelios propios de las grandes concentraciones, y el mal uso de las Nuevas Tecnologías, a las cuales pueden tener acceso con mayor facilidad que en el campo, como los celulares, los ipods, los equipos de música, los televisores, etcétera, empeoran la sordera y aumentan el estrés y la presión sanguínea de los ruidosos. Empero la falta de educación y de información es tal, que no se percatan del daño que se hacen, a sí mismos y a los demás. Es preciso recalcar que ningún país es perfecto, sin embargo, los malos hábitos son los que perjudican a la población.
Por eso muchas veces uno ve personas hablando y parece que están peleándose, por el alto volumen de su conversación y por las gesticulaciones típicas. No es raro que al estar sentado en la sala de mi casa, yo escuche los diálogos de las personas que van en los autos que pasan por la calle. Aún recuerdo la plática que yo escuché, sin desearlo, de un dominicano hablando por teléfono móvil en el otro extremo del andén en una estación del tren elevado de Queens, N. Y.; o el bullicio que traían unas domésticas dominicanas a medianoche en el Aeropuerto de Barajas, en Madrid. Ustedes recordarán el problema que hubo con las trabajadoras dominicanas, que se reunían en un parque de Aravaca en las cercanías de Madrid, en su día libre, y era tal el escándalo que armaban con sus conversaciones en voz alta y con su bachata, que los vecinos de ese barrio residencial se quejaron a la policía. Esto significa que hasta somos exportadores de ruidos también.
Hay personas pudientes que se aíslan en sus casas, o en sus dormitorios, vehículos, oficinas, etcétera, pero al final el ruido siempre los atrapa, y en algún momento tienen que enfrentarlo.
Está claro que en este país predomina el sentido del oído donde se le rinde pleitesía, y por eso somos la Tribu del Dios Oído, aunque gracias a todos los nuevos inventos tecnológicos que cuentan con una pantalla, hay gente que ha tenido que irse acostumbrando a un sentido de la vista predominante.
De todas formas, el sentido auditivo dominante también tiene sus ventajas sobre todo para la creación musical, por eso somos una sociedad tan amante de los ritmos, y con tanta música en proporción la tamaño, como sucede en Haití, en Jamaica, o en Cuba. El Brasil, por sus dimensiones, merece catalogarse como un inmenso laboratorio de ruidos, sonidos, y ritmos, donde permanentemente están experimentando, y de ahí su gran riqueza y variedad musicales.
¡Bueno, alguna ventaja tenía que tener!
martes, agosto 17, 2010
BIENVENIDOS A “TOYOLANDIA”
Basura en el litoral (foto: FAUSTINO PÉREZ)
Por FAUSTINO PÉREZ
No es ninguna casualidad que uno de los primeros dominicanismos que aprenden los extranjeros que viven en el país es el llamado toyo, o quizá se trate de un tollo; y es que el toyo es tan grande que no se sabe ni siquiera cómo se escribe la palabra, pero de que existe el toyo, existe, y todos lo padecemos. Es un desorden mayúsculo que parece no tener fin, y que afecta todo lo imaginable.
El toyo nuestro equivale a una chapucería o a una chapuza, aunque en realidad, abarca mucho más, porque el diccionario de la Real Academia define la primera como: tosquedad, o imperfección en cualquier artefacto; y chapuza es: obra sin arte ni esmero. El toyo nuestro es toda una filosofía y un estilo de vida, y una manera de vivir y entender la existencia, sin que se perciba como algo mal hecho, ni mucho menos se tenga la intención de hacerlo mejor la próxima vez, o de tener, en lo absoluto, algún sentido de culpa.
Naturalmente, que el tollo puede estar muy ligado a la corrupción, pero además, se le vincula con la desidia, la negligencia, la rebeldía, el abandono, la miseria, la estulticia, la picardía criolla, y la mala educación, entre otros. El susodicho toyo se practica tanto que llega a convertirse en algo cultural, y ahí es donde estriba el verdadero problema.
En el mundo hay culturas que enfatizan la realización bien hecha de las cosas, basta con ir a Japón, por ejemplo, para comprobar la pulcritud y amor por la perfección que tienen en el país del Sol Naciente, no es de extrañar que siendo un territorio comparativamente pequeño, que ocupa el lugar número 61 en el mundo en cuanto a tamaño se refiere, y encima, bastante montañoso, y además, padeciendo terremotos con relativa frecuencia, sea la tercera economía mundial; empero, si ellos son el Yin, nosotros somos el Yang, aparte de que estemos en las antípodas, un país del otro.
Desde otra perspectiva, es lógico que en el mundo debe de haber de todo, el problema surge cuando en el subdesarrollo se practica tanto el toyo que se convierte en una tara para el progreso, se crean problemas de convivencia, de salud, de corrupción, y se despilfarran sin misericordia los escasos recursos con que se cuentan.
Erróneamente yo llegué a pensar anteriormente que la cultura del toyo se debía sobre todo al clima, al intentar buscarle una explicación al fenómeno. No obstante, en la vecina isla de Puerto Rico, que también se encuentra en el mismo Mar Caribe en la ruta de los huracanes como nosotros, no tienen los toyos que nosotros padecemos, y se percibe inmediatamente que están mucho mejor organizados, en todos los órdenes.
Lo mismo sucede en Venezuela, otro estado caribeño con recursos muy superiores a los nuestros, y en la zona tropical mexicana que da al Golfo de México, con sus joyas arqueológicas de las civilizaciones prehispánicas. En Cuba, lo que existen son precariedades, porque el gobierno de la isla sigue aferrado a un modelo económico ya fracasado en el resto del mundo; sin embargo, sus excelentes logros en cuanto al nivel educativo, y en el área de la salud, han sido reconocidos. En Jamaica, a pesar de la tolerancia y la permisividad oficiales, en cuestiones de drogas ilegales, cuando el gobierno quiere aplica la disciplina aprendida de los británicos y aprieta a la población.
En el Caribe, solo Haití nos supera en cuanto a caos se refiere, y por esa razón es prácticamente un fideicomiso en un súper toyo, y hay tanta miseria como secuela de haber sido explotada sin piedad por los franceses, en épocas pasadas; todo ello empeorado por el reciente terremoto. En la práctica, casi todas las demás islas pequeñas del Caribe como Curazao, las Bahamas, Martinica, Aruba, o cualquier otra, están mejor organizadas.
Lo curioso y lo malo de todo esto, es que uno se llega a “acostumbrar”, o por lo menos, a ver el toyo como algo normal, que no sorprende. ¡Más le vale!, porque si uno no se adapta, sin llegar a gustarle el toyo del todo, termina francamente mal, como aquél amigo mío que se puso a discutir, porque un visitante le había ocupado el aparcamiento de su vivienda en el edificio, y terminó en el cementerio víctima de un derrame cerebral, al subirle la presión arterial. O aquél otro que se fue de viaje a Europa, y no podía dormir allá por el gran silencio que imperaba en el hotel donde se hospedaba.
Hace décadas que se han publicado trabajos científicos acerca de la relación entre el surgimiento de los hitos y logros de las llamadas civilizaciones, y las temperaturas promedios anuales de las naciones, y se llegó a la conclusión de que una temperatura anual promedio de entre 4-14°C, o sea 40-60°F, era la más propiciadora para el desarrollo y vigor mentales de las personas. Esto hay que matizarlo en el sentido de que una ciudad puede alterar artificialmente sus temperaturas de sus espacios públicos y privados, haciendo uso de los acondicionadores de aire, con las calefacciones, usando la vestimenta apropiada, con una arquitectura específicamente diseñada para aumentar el confort, etc.
Si nos remontamos a nuestros orígenes podremos comprobar que esas piezas pétreas que nos legaron nuestros antepasados, son conocidas como cemíes, pero en otros lugares aparecen como semíes, y yo he visto también zemíes. Al final nadie sabe como se escribe; le pasa igual que al vocablo toyo. A pesar de la desorientación, la Academia Dominicana de la Lengua no se pronuncia al respecto, echándole más leña al fuego, y así pasa con todo.
Pero el caos no sólo es en el idioma, ¡ojalá fuera sólo eso!, por ejemplo, en un día típico en un vecindario de clase media, uno es testigo de tantas barbaridades, contradicciones, infracciones, desacatos, transgresiones, faltas, desobediencias, incumplimientos, inobservancias, contravenciones, violaciones de las normas y reglas, y puros actos de salvajismo, que a veces uno se pregunta dónde fue que se nació.
Para ilustrar y sin exagerar mucho, cuando se abre la puerta de la casa por la mañana la vecina ya sacó su perro a pasear y el animal hizo sus necesidades justo en la acera de la casa de uno, el señor de enfrente aparcó su vehículo encima de la acera bloqueando la puerta de al lado, en ese momento un conductor entra por la calle en vía contraria, mientras los perros sarnosos destrozan las bolsas de basura en la esquina, ¡y así es imposible mantener a una ciudad limpia! Otro sujeto viene y se orina en la pared de enfrente, y el empleado de la cafetería pasa y se suena la nariz con las manos, deposita la mucosidad en el suelo y se limpia las manos en el poste de luz; en tanto otro conductor acelera con la música a todo volumen que hace temblar la casa. Luego aparece un haitiano que vende cocos y tira todos los desperdicios en un vertedero improvisado en la otra esquina…
En la base de la pirámide social la cuestión se complica aún más, porque en los sectores de clase baja, encima de todo lo anterior, además de pasar penurias para subsistir y con el suministro de agua potable, y para la recogida de los desechos y aguas negras; lo más probable es que alguien esté haciendo una conexión ilegal para robarse la energía eléctrica; todo ello aparte de la ocupación fraudulenta de las aceras con toda clase de negocios, tanto formales, así como también informales, o sencillamente para no soportar los calores dentro de las viviendas. Tampoco faltan los llamados colmadones, que son de hecho, verdaderos bares ruidosos, y las paradas de autobuses con sus contaminación, ruidos, vendedores ambulantes, y trifulcas.
En los sectores de clase alta, también son víctimas de los toyos, porque los carteristas y los ladrones están al acecho para robarse cualquier cosa de valor, y los sicarios hacen su trabajo de eliminación. Por su lado, los comerciantes aumentan los precios de sus productos y servicios sin ningún control, en perjuicio de los indefensos consumidores.
Más grave aún son los toyos sociales y la degradación de las instituciones y profesiones, que ha provocado la llamada inversión de valores y del cambio de roles, y así tenemos banqueros que estafan, profesores semianalfabetos, delincuentes muertos que son enterrados cubiertos con la bandera nacional, funcionarios fronterizos dedicados al contrabando, legisladores que no declaran sus bienes, jueces que sentencian a favor del mejor postor, policías que atracan y que alquilan sus armas de reglamento, curas que violan monaguillos, médicos que asesinan a sus pacientes por ignorancia, falsificadores de toda clase de documentos, haitianos ilegales ejerciendo la mendicidad y la prostitución, delincuentes conocidos que son elegidos para cargos congresuales, “intercambios de disparos” con la policía que son fusilamientos públicos en la práctica, esposas con varios amantes fuera del matrimonio, estudiantes universitarios que no saben leer bien, políticos que sobornan a los votantes, comerciantes contrabandistas, presidiarios que son sacados a pasear a la calle y llevados a los bares, académicos que nunca han publicado un libro, niños que venden drogas y asesinan, sicarios a la carta, funcionarios con sueldos exorbitantes, ministros que practican el nepotismo, taxistas que apenas conocen la ciudad, universitarias que son en realidad prostitutas, peatones que tiran la basura donde quiera, conductores que instalan alarmas a sus autos y luego no hacen caso cuando se disparan y tampoco respetan los semáforos, fontaneros chiriperos que no dominan su oficio, y un largo etcétera.
El triste pronóstico es que el toyo en general y la miseria se incrementarán, ya que la población sigue en aumento por el toyo en la educación sexual a las jóvenes y en la planificación familiar; la inmigración ilegal haitiana se acrecentará por el toyo inmigratorio; la delincuencia y la violencia urbanas seguirán creciendo por el toyo en la corrupción, que permite el toyo del contrabando de armas; la educación dominicana continuará en decadencia por el toyo educativo; la deuda pública externa será más inmanejable por el toyo de los préstamos; y el consumo de estupefacientes irá viento en popa por el toyo en las medidas de control.
Y así vamos toyo tras toyo, ya no sabemos vivir sin él, y se ha convertido en algo esencial e imprescindible para los pescadores en río revuelto, ¡BIENVENIDOS A TOYOLANDIA!, PUES.
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martes, agosto 10, 2010
LAS REDES SOCIALES PUEDEN PROPICIAR EL PROGRESO HUMANO
Silueta del Malecón de Santo Domingo desde la Feria (foto: Faustino Pérez)
Por FAUSTINO PÉREZ
Cuando las computadoras eran una novedad y una rareza, en la revista TIME publicaron un reportaje sobre el tema, y el articulista terminaba diciendo que si a uno no le gustaba el ordenador, siempre podía desenchufarlo. Sin embargo, ya los tiempos han cambiado y si las computadoras se desconectan hoy en día, el mundo sufriría un gran descalabro, por la gran dependencia que se tiene de ellas. Imagínense, nada más, lo que significaría una gran aeropuerto, de una gran ciudad, sin computadoras; el caos sería colosal.
Anteriormente, hasta hace pocos lustros, si uno quería leer un periódico, tenía que salir a comprarlo, o bien, que alguien se lo trajese; si deseaba mandar una carta, obligatoriamente se veía en la necesidad de ir a la oficina de correos para comprar y pegarle los sellos al sobre, antes de mandarla; cuando se quería escribir algún texto formal, era menester contar con una maquinilla mecánica, y lo bueno era para borrar alguna equivocación, ya que era imprescindible tener algún tipo de corrector.
Para publicar en la prensa escrita como colaborador, había que hacer malabares, ya que uno tenía que hacerle llegar físicamente las cuartillas al periódico para que en el departamento de composición transcribieran los textos, y por eso era frecuente que les introdujeran errores; eso provocaba que en algunos medios, los autores acudían a corregirlos de nuevo. Para las ilustraciones era una odisea, con las cámaras análogas que empleaban rollo; ya que uno tenía que tomar las fotos, llevar el rollo a revelar y copiar, decidir si había alguna imagen servible después de haber esperado uno o dos días, entonces, esa foto se llevaba al medio conjuntamente con el texto. No es como ahora que uno puede apreciar inmediatamente si la foto está bien, se la imprimen en menos de una hora, si le interesa al fotógrafo; y encima, muchas cosas se pueden corregir previamente con los programas de computadora para el manejo de imagen, si así se desea. Ya las fotos hace tiempo, que no suelen llevarse físicamente al medio impreso o digital, ahora se envían por internet, y en pocos minutos, o a lo sumo pocas horas, pueden ser subidas en los medios digitales o publicadas en los medios impresos. En las redes sociales el postear fotos, o imágenes de otro tipo, y textos, etc., es inmediato.
Una vez entronizadas, las computadoras han ido poco a poco ocupando más y más nichos en la sociedad, siendo cada vez más útiles, menos voluminosas, más prácticas, y nos brindan mayores prestaciones. En el área de la comunicación humana se ha notado mucho la dependencia que tenemos de las “máquinas pensantes”, en particular con los servicios de los mensajes de texto y con las llamadas redes sociales. Todo ello facilitado y potenciado por el Internet.
Antes de la era de las computadoras y el internet, existían los conocidos como radioaficionados, que entablaban relaciones con sujetos afines en muchas partes del mundo, y eran fácilmente reconocibles por las grandes antenas de onda corta en los techos de sus viviendas. Ellos fueron realmente pioneros en la comunicación libre con otros países, y como no había forma de dejar mensajes, era frecuente que madrugaran para poder establecer los contactos con sus amistades en las antípodas. Los citados radioaficionados llegaron a ser muy útiles en casos de desgracias y catástrofes.
De la misma manera que el gruñido precedió a la palabra hablada en la época del hombre primitivo, la radio antecedió a la televisión en la modernidad, la imprenta apareció antes que la fotocopia separadas por varios siglos, y el telegrama y el fax fueron precursores del email, asimismo, las redes sociales han asimilado todos los recursos especializados desarrollados anteriormente a ellas, y se han convertido en verdaderas multimedia, que han asimilado exitosamente y de forma simultánea: los correos electrónicos, las redes de subida de fotos e imágenes de toda laya, las de vídeos, las de música, las de juegos en línea, el llamado chateo, la activación de direcciones de correo electrónico, el recordatorio y la confirmación de eventos, los blogs, los perfiles personales, la creación de grupos con intereses afines, permiten comentarios y opiniones, tienen listas de contactos, cuentan con clasificadores de información, sugerencias para entablar contactos con personas afines, buscador de amigos, avisadores al correo electrónico, es posible “dar un toque” a alguien, “etiquetarle” cualquier información a otra persona, y así por el estilo. Los participantes colaboran también con sus aportes personales y con noticias actualizadas, imágenes, comentarios, enlaces, reportajes, con vídeos interesantes, entre otras formas. E incluso, las redes sociales permiten publicidad gratuita y pagada de los usuarios, y la posibilidad de saber si el amigo de uno está en línea disponible, aunque también se posibilita la llamada “invisibilidad mediática”. Es muy útil además, la opción de personalizar quién puede acceder a nuestra información.
En el costado negativo, las redes sociales han sido vinculadas a una pérdida de la privacidad, sin embargo, es preciso aclarar que todo el desarrollo de las nuevas tecnologías puestas a disposición del público, han venido acompañadas de un mayor control, por parte de los organismos correspondientes. La solución es muy simple: o se toman con las ventajas que proporcionan, a pesar de la pérdida de privacidad, o se dejan. Es un equilibrio muy delicado. No nos olvidemos que a Pablo Escobar, el gran capo colombiano de la droga, lo ubicaron utilizando precisamente la tecnología de la triangulación por radio, porque él también tenía la necesidad de comunicarse.
A todas las demás ventajas antes mencionadas se le suma la gratuidad del servicio y el desarrollo de los teléfonos móviles de nuevas generaciones, que permiten tener acceso a las redes desde cualquier parte, con sólo tener línea de internet. Esto ha traído como consecuencia un desarrollo exponencial de las citadas redes, y por ejemplo, Facebook, celebró recientemente el afiliado número 500 millones, y Twitter, tiene más de 145 millones. Es evidente que para coordinar a tanta gente, generando tanta información, se requiere de súper-computadoras.
Existen varias decenas de redes sociales en el mundo, con zonas de influencia variables, empero, Facebook y Twitter son las más populares a nivel global. Una de las diferencias fundamentales es que Twitter limita los mensajes a 140 caracteres cada uno, lo cual viene como añillo al dedo para el uso de celulares con conexión al internet, y por eso se le llama microblogging.
Si partimos del hecho comprobado de que lo que determina el progreso humano es el tiempo y el esfuerzo que se le dedica al mismo progreso, después de haber resuelto los problemas de manutención, de supervivencia, y los conflictos; podemos deducir que las redes sociales pueden servir para el susodicho progreso humano, si se saben emplear.
Me explico: Según el diccionario de la Real Academia, el vocablo Internet, es un término ambiguo, ya que se puede decir de tres maneras: el internet, la internet, o Internet, a secas: y precisamente el internet ha sido la gran herramienta, o el invento milagroso que ha permitido que las computadoras se comuniquen entre sí, de tal suerte que la información de todo tipo podía fluir entre ellas, como textos, imágenes y sonidos, principalmente. Si trazamos un paralelo con el Internet, las redes sociales, por igual, han sido otro gran logro de la humanidad, equivalente en cuanto a la dimensión humana se refiere a la invención del Internet, porque consiente que las personas interactúen entre ellas. Esto significa que uno puede asociarse con personas de gustos y/o intereses afines a nivel mundial, lo cual ya es sumamente importante, y le permite al usuario interesado conseguir toda clase de informaciones, de datos, y de enterarse de aquello que están haciendo los demás, aparte de que se pone al corriente de las convocatorias de eventos. Anteriormente todo esto se le dificultaba enormemente al beneficiario.
Las redes sociales le permiten a la persona elegir sus amistades, y por otro lado, viabilizan la comunicación entre los socios aunque no se tenga la dirección de correo electrónico de la otra persona; y si algo sale mal, siempre queda la alternativa de borrar a esa persona como amiga. Debido a la gran cantidad de afiliados, es factible y no es raro, encontrarse con amigos en línea, de los cuales no se tenía la más mínima idea de su paradero. Todo lo anterior significa tres grandes ventajas extras. En el lado negativo, que conste que en las redes sociales, aparecen por igual, prostitutas y oportunistas de todo tipo, pero siempre cabe el consuelo de poder denunciarlos, y así subsanar esa desventaja.
Para nosotros los isleños, las redes sociales son un gran avance porque colaboran decididamente y coadyuvan a salir del aislamiento geográfico, y de la “claustrofobia” que produce la insularidad.
El problema surge cuando el usuario no le dedica tiempo al progreso humano, sino, que pierde mucho ese mismo tiempo en actividades lúdicas como los juegos en línea, o en caprichos contando disparates, o promoviendo el chisme y otras malas artes, con lo cual pierde la oportunidad y se la hace perder a los demás. Con esto lo que se hace es desvirtuar el uso de la red social y desaprovechar las ventajas que ofrece el medio, y de paso con esas prácticas delata su nivel de inteligencia y de información.
jueves, agosto 05, 2010
PARA SER FOTÓGRAFO CON MAYÚSCULAS SE NECESITA…
El fotógrafo y su modelo (foto: Faustino Pérez)
Por FAUSTINO PÉREZ
Si antes el andar con una cámara era la excepción, ahora es la regla. Basta con ir a cualquier lugar concurrido del mundo, desde los países medianamente desarrollados hasta los más avanzados, para darse cuenta de los millones de fotos que se toman diariamente. En cualquier acontecimiento de la vida cotidiana siempre aparece alguien con su cámara.
Ahora bien, ¿todo el que toma fotos es fotógrafo?, la respuesta es un rotundo no; lo que sucede es que con los avances tecnológicos, en especial de la electrónica, de las aleaciones de metales, y con el desarrollo de los plásticos, han proliferado las cámaras, bien por el menor peso y mayor portabilidad; o bien, porque hay cámaras que vienen incorporadas a la gran mayoría de los celulares o teléfonos móviles, aunque todavía su calidad sea cuestionable en un alto porcentaje de las marcas y modelos.
Las máquinas de hacer fotos electrónicas tienen un chip que transforma los fotones de la luz que le entra por la lente de la cámara, en electrones, con lo cual la imagen captada puede ser procesada de esa manera, por el miniordenador que posee el bártulo fotográfico. Por esa razón la profundidad física del aparato de hacer fotos se puede estrechar lo cual posibilita diseñar y fabricar cámaras planas; no como era antes en la época análoga, que se necesitaba un espacio para que la imagen se formase dentro de la cámara oscura, al penetrar la luz por la lente, y de ahí que las cámaras fueran más voluminosas, y al ser metálicas eran por lo tanto más pesadas.
He aquí mis sugerencias y orientaciones para ser un buen fotógrafo:
Aspecto Técnico:
La faceta técnica de la fotografía es quizá la más importante de todas hoy en día, y con tendencias a incrementarse. Frecuentemente aparecen en el mercado innovaciones, lo que hace a la fotografía cada vez más dependiente de la tecnología. Antes llegó a pensarse que la fotografía iba a ser más fácil en un futuro – y de hecho lo es en parte –, sin embargo, para salirse del montón tanto en la foto comercial así como también en la foto artística, es obligatorio dominar la técnica; y si se practica la post-producción empleando el ordenador, entonces, es preciso conocer el manejo de los programas para el tratamiento de la imagen. Por otro parte, hay que recalcar que el profesional de la cámara tiene que mantenerse actualizado por las constantes mejoras que aparecen en el mercado, para no quedarse atrás.
Faceta Artística:
Para los creadores de cualquier clase de imagen es imprescindible el tener un mínimo de buen gusto, porque el arte fotográfico posee su gramática.
El fotógrafo tiene que saber de iluminación, tanto la natural así como también de la artificial; tener conocimientos de composición, del equilibrio de la foto, del comportamiento de los colores, del encuadre, y otras muchas cosas.
Naturalmente que si quiere o necesita retocar, es preciso apoyarse en los programas de computadora, lo mismo que si desea realizar efectos especiales.
Esfuerzo Físico:
Está en función de la especialidad, ya que como se comprenderá, existen centenares de especialidades, y no es lo mismo la foto submarina que la de espeleología, la de boda que la de estudio, la foto aérea que la de retratos ambientados, o bien, la imagen de paisajes que la fotografía fantástica. Imagínense un reportero fotográfico sin resistencia física, cuando tiene que esperar durante horas que aparezca el sujeto; o el de foto de montaña sin poder escalar. De todas formas, en cualquier caso la buena forma física es deseable.
Conocimientos de las Ciencias:
Aunque sean rudimentarios, el fotógrafo necesita tener ciertos conocimientos mínimos de las ciencias, incluyendo en especial la química; también, acerca de la física por la luz y las ópticas principalmente, etc. Por otro lado, las cámaras mismas tienen mucho de electrónica y una faceta mecánica.
En muchos casos es preciso realizar cálculos simples y compensaciones de todo tipo, como por ejemplo, cuando se produce alguna clase de movimiento involucrado durante la toma, tanto de la cámara, y/o del fotógrafo y/o el sujeto.
Captación Psicológica:
Siempre que tenga que tratar con otras personas es imprescindible poseer un mínimo de sagacidad y de dotes persuasivas, en especial para los diferentes tipos de retratos, y para las fotos de modas, o para la de bodas, por poner tres ejemplos. Para las sesiones de estudio tiene igualmente que tratar con sus sujetos, y conviene saber de iluminación en interiores con la finalidad de resaltar lo positivo y saber disimular lo negativo. También, es muy útil conocer la “psicología” de las diferentes lentes. Por su lado, si el fotógrafo no tiene las ideas claras con respecto a su equipo o con relación a lo que desea realizar, eso se manifiesta en su comportamiento. Si emplea elementos para adornar y componer la imagen, es necesario que sepa algo de simbología, y del significado de los colores.
Si cuenta con ayudantes para las sesiones, y personal de apoyo para los retoques en la computadora, etc., también la psicología es muy práctica. Igualmente, tiene que saber cuál va a ser la finalidad de las imágenes que está creando, y proceder en ese sentido, porque como ya se sabe no es lo mismo, por ejemplo, una foto para un álbum familiar que para ser publicada en un medio. Hay fotógrafos que cuentan también con mucha intuición y/o astucia, para realizar su trabajo.
Saber de Publicidad:
El fotógrafo necesita promocionarse y “venderse” a sí mismo, y saber colocar su producto (foto) en un mercado con mucha competencia. ¡Hasta la redacción de un currículum es importante a la hora de darse a conocer! En los casos en que tenga que dar charlas o clases, ya tiene que conocer algo por lo menos de oratoria, de lógica, de redacción de textos, e incluso, cómo vestirse y de comunicación de masas, ya que la fotografía comunica, como se sabe.
Capacidad Intelectual:
En primer lugar, al sacar una foto el fotógrafo tiene obligatoriamente que seleccionar una “porción” del espacio que le rodea, y además, es necesario que elija una óptica determinada, un ángulo de toma, una inclinación de la cámara, un momento, una luz, unos fondos, unas poses, un lugar, entre otros factores – aparte de saber incluir y de eliminar elementos de la imagen –. Sin embargo, al realizar la selección, simultáneamente rechaza el resto del espacio que le rodea. Él siempre puede volver la retomar aquello que rechazó previamente, asumiendo que las condiciones y los imponderables se lo permitan. De la misma manera, es obligatorio pensar en una idea, o en saber aprovechar lo imprevisto que sea aprovechable, o bien, en lo que se va a realizar. El talento y la inteligencia del fotógrafo siempre se notan desde el principio, aunque luego tenga necesariamente que desarrollar más esas cualidades.
Relaciones Públicas:
Este apartado es muy importante para relacionarse con los clientes, con los laboratorios fotográficos, y con amistades; así como también para el trato con la prensa, y con los críticos y galerías de arte principalmente en los supuestos de que sea fotografía artística. Se da el caso de fotógrafos cuya fama y su reputación van por delante de su producción fotográfica, sencillamente porque dominan bien este aspecto. Esta cualidad es fundamental con la finalidad de lograr patrocinios para toda clase de proyectos: y si se trata de foto publicitaria, es ineludible para manejar las cuentas.
Habilidad Comercial y Conceptos de Economía:
El fotógrafo comercial es en definitiva un empresario, y por lo tanto es imprescindible que optimice sus gastos, tanto para las sesiones, así como también cuando tiene que adquirir equipos y/o pagar locales. Con relación a los clientes es importante saber “venderse“, y sobre todo, saber cobrar. El laboratorio fotográfico que elija le puede significar mucho, tanto por la calidad, como por los precios que le cobran, aparte de la puntualidad en las entregas.
Por su lado, el fotógrafo artístico tiene que tener bien claro si se trata de un hobby, y él puede costearlo, o bien, si desea comercializar su producción.
Estar Informado de las Modas Fotográficas:
Los tiempos cambian, y las modas también, y con el tiempo los que se consideran como defectos hoy, se pueden convertir en efectos mañana. En importante saber lo que se está haciendo en el resto del mundo, en especial en aquellos países que llevan la voz cantante en cuanto a las tendencias se refiere, porque casi siempre terminan llegando aquí. Es útil, por otro lado, sondear al cliente y mostrarle ejemplos, con la finalidad de saber sus gustos y preferencias. No se trata de copiar, sino, de conocer cómo está evolucionando la fotografía a la par de los tiempos.
Tener Ojo Fotográfico:
Aunque es difícil de definir, en definitiva consiste en saber captar con la cámara aquello que difícilmente se pueda lograr en otras especialidades, al menos de forma parecida. Es una especie de optimización de los elementos que se tienen a mano. Para mejorar el ojo fotográfico es muy conveniente leer libros y revistas especializados en el renglón de uno.
Practicar lo que se llama el Timing:
La captación del “momento decisivo” es fundamental para un fotógrafo, ya que la mayoría de los instantes son irrepetibles cuando el sujeto es una persona o varias, y los fotógrafos de prensa lo saben mejor que nadie. Por eso el componer una buena imagen con varios sujetos en movimiento, en diferentes direcciones y en planos distintos, es la prueba máxima para el foto-reportero. Es muy necesario tener buenos reflejos.
Sin embargo, en los casos de la foto del tipo “table top” o en las naturalezas muertas o bodegones, ya el timing no es necesario. En la de paisajes, y en otros temas estáticos, lo importante es la iluminación que viene dada por la hora y la climatología, asumiendo que la composición esté ya resuelta.
Creatividad y Originalidad:
Para ser creativo y original se necesitan unas experiencias previas, y la imaginación no es más que las combinaciones diferentes de dichas experiencias. Para el fotógrafo es importante tener una cultura general y de estar informado de lo que sucede en el mundo, porque eso ayuda para la creatividad y para el trato con sus clientes, relacionados y allegados. Existen ejercicios para desarrollar la creatividad del fotógrafo que son muy útiles. Hay que tener cuidado porque hay clientes a quienes no les gusta la foto demasiado creativa, y viceversa; de todas formas la creatividad y la originalidad ayudan mucho en un mundo competitivo, para salirse del montón…
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