Nuestros ancestros directos: ¿Cuántos son?

Conjunto tipico dominicano conocido como "perico ripiao"(foto Gregorydarwin)


Preparado por
Julio Amable González Hernández
Sociedad Dominicana de Genealogía, Inc.
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Podríamos definir ancestros directos como aquellas personas que nos engendraron, más los que engendraron a los que nos engendraron y así sucesivamente.
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En este tenor, todo ser humano biológicamente tiene dos padres, cuatro abuelos, ocho bisabuelos, dieciséis tatarabuelos...etc., independientemente que se sepa o no, cuáles fueron sus nombres.
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Esa progresión geométrica aumenta a cifras insospechadas.
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Hagamos un ejercicio tomando como punto de partida niños dominicanos que hayan nacido en los siete primeros años del presente Siglo XXI.
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Un estimado aceptable del tiempo de una generación son 25 años, por lo que cuando en 1950 Trujillo celebraba los 20 años de haber ascendido al poder, estaban naciendo los cuatro abuelos de los niños del Siglo XXI.
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Siguiendo nuestro viaje al pasado, el dictador Ulises Heureaux fue asesinado en las calles de Moca en 1899. Para esa época, estaban naciendo los 16 tatarabuelos de los niños desde los cuales partimos.
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Retrocediendo unos 55 años más nos encontramos con la proclamación de la Independencia Nacional con hechos tan emblemáticos como el trabucazo de Mella o el izamiento de la primera bandera dominicana. A la sazón, nacían los 64 terceros-tatarabuelos de los niños del Siglo XXI.
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Cabe señalar que estos 64 ancestros directos ubicados en un mismo plano generacional, no necesariamente nacían en el territorio que precisamente se empezaba a denominar República Dominicana. Parte de ellos pudieron haber nacido en uno o varios países diferentes y mediante los procesos migratorios, ellos o sus descendientes, haber ingresado posteriormente al territorio nacional.
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Un buen día del año de 1795 amanecimos franceses cuando España cedió a Francia la parte oriental de la isla. Para esa época nacían los 256 quintos-tatarabuelos de unos niños que todavía no tienen la más remota idea de las vicisitudes que han pasado sus ancestros directos.
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Para el 1655 la isla fue atacada por Penn y Venable, lo cual pudo haber resultado que nos convirtiésemos en una colonia inglesa. En esa época nacían 1024 séptimos-tatarabuelos de los niños del Siglo XXI.
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Otro momento difícil de la colonia ocurrió en 1586 con el ataque y la ocupación de la ciudad de Santo Domingo por el pirata Francis Drake. Nacían para la fecha 8,192 décimos-tatarabuelos.
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Sólo saltando tres generaciones atrás nos encontramos con los finales del Siglo XV cuando tres carabelas europeas por primera vez se asomaron a las costas de esta isla. Esa visita cambió dramáticamente el curso de toda la historia.
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En nuestro conteo de ancestros directos por niveles generacionales, nos encontramos con la asombrosa suma de 65,536 décimo terceros-tatarabuelos que nacían para la época que Cristóbal Colón navegaba por estos mares.Aquí paramos y nos preguntamos: ¿Quiénes eran? ¿Qué hacían? ¿Cómo se llamaban?
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Caber señalar que cada uno de los casi nueve millones de dominicanos del presente cuenta con esos 65,536 ancestros directos, 17 generaciones atrás.
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Debe también aclararse que los 65,536 ancestros directos es un hecho biológico producto de un cálculo matemático. Sin embargo en la práctica puede ser menor en cantidad de gentes diferentes. Esto así, porque en la ascensión de la pirámide invertida que se desarrolla en la elaboración de nuestros ancestros directos, puede llegarse por diferentes vías a una misma persona física.
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Entrando en el campo de las posibilidades, de seguro que entre ellos habían tainos de los diferentes cacicazgos en que se dividía la isla; habían habitantes de las costas occidentales de África; habían ciudadanos de los diferentes reinados de una Europa que recién salía del medioevo y personas de origen musulmán del reino nazarita en el sur de España. No se excluyen palestinos y judíos.
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Es más difícil entrar en la especulación del oficio de nuestros ancestros directos para la época del descubrimiento. Es probable que hubiese de todo, sin descartar a un esclavo y un noble.
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Lo único cierto es que esa desconocida carga genética pesa en los diferentes maternales y escuelas primarias de República Dominicana.