lunes, diciembre 06, 2010

FREDDY BERAS GOICO: UN FENÓMENO MEDIÁTICO


Retrato oficial de Freddy Beras Goico intepretado digitalmente por Faustino Pérez

Por FAUSTINO PÉREZ


En una ya famosa entrevista que le hicieron al comunicólogo de origen canadiense, Marshall McLuhan, publicada en marzo del año 1969, nada más y nada menos que en la legendaria revista frívola Playboy; el teórico de los mass media al referirse a la televisión con relación a los políticos estadounidenses afirmó: “El candidato político que entienda la TV – independientemente del partido que sea, o de sus objetivos o creencias – puede lograr un poder desconocido en la historia. El cómo él utilice ese poder, por supuesto, es otra cuestión”.

El profesor de literatura, experto en teoría de los medios, oriundo del Canadá, falleció en el 1980, y por lo tanto no llegó a investigar los nuevos avances, como el celular, o el iPod, ni mucho menos las redes sociales como Facebook o Twitter, o el mismísimo Internet; sin embargo, sus aciertos sobre la televisión fueron proféticos.

McLuhan se refería a los políticos, reitero, pero eso se puede hacer extensivo para cualquier persona; y él sostenía, además, que la TV era una prolongación del sistema nervioso, en lugar de ser una extensión de los ojos, porque el espectador tenía que llenar con sus cerebro los vacíos que dejaban los miles de puntos de la pantalla compuesta por líneas y puntos. Dichos puntos del monitor son conocidos como pixels, el acrónimo de “picture element”.

Este hecho hace que la teleaudiencia participe más al contemplar las imágenes televisivas, y por ese motivo, McLuhan consideraba a la TV como un medio “cool”, es decir, que daba poca definición y suscitaba una alta participación; en contraposición al medio “hot”, que tenía mucha definición y provocaba una baja participación del usuario del medio.

Uno de los subefectos más importantes e interesantes que produce la televisión, es que el espectador, a fuerza de ver a los personajes de la tele y de su participación e involucramiento al contemplar el monitor, llega a creerse, sin apenas darse cuenta, de que los que salen en la pequeña pantalla, son sus amigos de toda la vida. Esto se refuerza más cuando el personaje televisivo acostumbre a contar anécdotas de su vida privada. Naturalmente, que el personaje televisivo nunca en su vida ha visto al televidente.

Esto produce un desequilibrio, ya que por una parte el personaje es visto por el espectador como un amigo personal, y por su lado, dicho personaje televisivo no tiene la más mínima idea de quién es el televidente.

Freddy Beras Goico empezó a conducir programas en la década de los años 60, por mero accidente, porque él era camarógrafo en el recién inaugurado canal Rahintel. El día que el presentador del programa “Sufra las Consecuencias” tuvo que atender otros compromisos y fue sustituido casualmente por Freddy Beras Goico, allí mismo se marcó su futuro en el medio televisivo.

Después colaboró con Rafael Solano en el famoso programa “La Hora del Moro”, y más tarde se asoció con tres talentosos humoristas: Milton Peláez, Cuquín Victoria y Felipe Polanco (Boruga).
Poco tiempo después conoce a Yaqui Núñez del Risco, quien se convertiría en un firme aliado. En el 1973 se inicia en el programa de variedades el Gordo de la Semana hasta el 2003.

En el 1987 sacó al aire el programa Punto Final y en el 2000 emprende otro proyecto televisivo llamado “Con Freddy y Milagros”, acompañado de Milagros Germán, hasta terminar su carrera con el programa “Con Freddy y Punto”.
Freddy Beras Goico se destacó también como actor y haciendo caracterizaciones, llegando a darle vida a más de 120 personajes, tales como Morrobel o el Profesor de la Escuelota.
Incursionó, además, como cantante, compositor, y escritor, entre otras facetas. Se le reconoce, igualmente, como gran filántropo, y recibió numerosos premios y reconocimientos.

Miles de niños y adultos en el país, recibieron tratamiento y operaciones gratuitas gracias a sus intervenciones y mediaciones, por medio de su fundación, y toda esa gente le agradece infinitamente a Freddy Beras Goico por su oportuna mediación.

No es de extrañar pues que después de varias décadas apareciendo en la pequeña pantalla y con toda esa labor de apoyo comunitario a su favor, fuese tan conocido y tan querido, logrando que el público se identificase plenamente con él
. Incluso, se le propuso en varias ocasiones, mientras estaba con vida, la candidatura para vicepresidente de la República, pero él siempre rechazó la oferta.

Las propuestas han continuado después de haber fallecido, entre ellas que le cambien el nombre a la Avenida Kennedy, una importante avenida de la capital; o que le levanten un monumento, o que designen el Palacio de Bellas Artes con su nombre, que lleven sus restos al Panteón Nacional, o bien, que nombren en su honor el estudio principal del canal 9 COLORVISIÓN, donde él laboró durante tantos años, la cual fue acogida de inmediato.

Hasta el mismísimo presidente de la República y su esposa, la Primera Dama, rompiendo las normas protocolarias, hicieron guardia de honor delante del féretro del comunicador que estaba expuesto precisamente en el Palacio de Bellas Artes; echando a un lado la apasionadas críticas que él le hacía al poder político.
Según cuentan los entendidos, su entierro fue aún más mutitudinario que el del fallecido líder político del Partido Revolucionario Dominicano, José Francisco Peña Gómez.

Su poder mediático fue tal, que hasta se le perdonaba el empleo de palabrotas y vulgarismos cada vez que criticaba a los funcionarios de turno y los problemas sociales. Ya se sabe que el hecho de soltar tacos como se dice en España, o decir malaspalabras como decimos los dominicanos, no expresa una idea, sino, un estado de ánimo o un sentimiento.
Y es que Freddy Beras era un ser muy apasionado que lo mismo reía, o lloraba, con suma facilidad…

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