domingo, febrero 18, 2007

EL LENGUAJE DE LAS MANOS Y EL LENGUAJE DE LOS ANILLOS DE FAUSTINO PÉREZ


Por FAUSTINO PÉREZ




Las manos han sido históricamente las ejecutoras de todo lo bueno y de todo lo malo que realiza el hombre, desde regalar un caramelo a un niño, hasta lanzar una bomba atómica, accionando una palanca o conectando un dispositivo. Por esos motivos, en una ocasión, yo las llamé las “herramientas” todo-terreno.
En otro orden de ideas, desde la vertiente comunicacional, las manos aportan mucha información a los interlocutores, y en nuestra cultura, compiten con la cara, por ser este un país de gesteros, en contraposición a los pueblos nórdicos donde apenas se gesticula.
Las manos son tan importantes, que incluso, una de las funciones más importantes de los robots, consiste en tener manos articuladas que puedan sujetar o asir cosas. Con la diferencia de que el robot no se enferma, pero sí se avería.
Cuando un bebé nace, unas manos lo reciben al mundo, lo bañan, lo pesan, lo miden, lo visten, lo miman, lo cargan...; y cuando fallece alguien, unas manos cargan el ataúd, cavan la tierra o manejan el tractor, lo entierran, y le colocan las flores, entre otros rituales. Si se creman los restos, también intervienen las manos para poner en marcha el horno crematorio.
Existen dos maneras básicas de sujetar con las manos: el agarre de precisión, como podría ser la manera como el médico usa el bisturí, o el alumno emplea el lápiz; y el agarre de fuerza, que se manifiesta, por ejemplo, al tomar un garrote.
Las manos son partes muy complejas, que van desde la muñeca hasta la punta de los dedos, ya que además de los músculos, tendones y huesos, cuentan con venas, arterias, y nervios. Cada dedo tiene tres falanges, salvo el pulgar que posee dos. Ese dedo es el más importante porque sirve para sujetar, oponiéndolo a cualquiera de los demás dedos. Ese es el motivo por el cual, las compañías aseguradoras otorgan una compensación mayor por ese dedo, en caso de pérdida o lesión. Por otro lado, el pulgar ocupa un área en el cerebro humano, más grande que las de los otros cuatro combinados.
Los dedos de las manos son capaces de “sentir”, o sea, de recibir una impresión táctil, y además experimentan el frío o el calor, y la presión. Igualmente, “sufren”, porque son capaces de tener sensaciones de dolor.
El cuerpo humano con su “envoltura” de piel tiene un sentido muy curioso, llamado el sentido proprioceptor, y consiste, en que si un sujeto cierra los ojos, y alguien le toca cualquier parte de su cuerpo, esa persona sabe exactamente qué fue lo que le tocaron, sin haber visto nada. Este sentido le indica al interesado, dónde están sus partes del cuerpo, en relación con las demás. Por supuesto, que esta particularidad se manifiesta, por igual, en los dedos y en las manos; y por ese motivo la persona conoce también si un dedo está flexionado o no, y sabe precisamente cuál de ellos, sin ver nada.
Un médico (o un experto) es capaz de inferir mucha información útil de las manos de un paciente, por el color, las callosidades, la forma, los temblores si los tuviese, la temperatura, la condición de la piel, los hongos incluyendo los de las uñas, los sudores, las verrugas, las manchas, las cicatrices, y así por el estilo. En nuestra cultura, muchas veces se interpreta una mano sudorosa como la de una persona celosa.
Cuando aparecen una manchitas blancas en las uñas, de las que mucha gente da la explicación en el sentido de que esa persona va a recibir un “regalo”, en nuestra cultura; en realidad, lo que indican es que existe una carencia de cinc, en el organismo del sujeto.
Otra especialidad diferente es la interpretación de la forma cómo la persona le da la mano a otra, lo cual alcanza muchos matices. Entre las más relevantes tenemos: El apretón “rompehuesos” realizado con fuerza, que lo mismo es posible que signifique firmeza, o por lo menos fortaleza física; pero, que también cabe la posibilidad de que sea un mecanismo de compensación debido a una falta de carácter, o bien, un afán desmedido por impresionar e impactar al otro. Además, influye el tamaño de la mano de quien aprieta.
En el otro extremo está el saludo “blando”, es decir, de la gente que da la mano “sin vida”. Es típico de una persona poco expresiva, poco entusiasta, o con desinterés. También, puede indicar debilidad física y/o psíquica; y en peor de los casos, tratarse de alguien que tenga mucha sangre fría y que sea calculadora; inclusive, llegar a significar hasta crueldad y sadismo.
Hay gente que da la mano, y le tuerce la muñeca al otro, lo cual es una clara muestra de sus intenciones, ya que de lo que se trata es de manipular al otro.
Otros en cambio, sólo agarran la punta de los dedos del interlocutor, lo cual tiene muchas variantes. Entre ellas tenemos el saludo diplomático al estilo francés, el apretón del tímido, el del desconfiado, etc. Algunos se hacen los simpáticos de esa manera.
Hay quienes dan la mano empleando ambas, de tal forma que convierten el saludo en una especie de “sandwich”, con la mano del otro en medio; esta modalidad la emplean mucho los que intentan congraciare con el saludado, incluyendo los que pretenden halagar o adular. Otra variación consiste en sujetar el antebrazo del interlocutor con la mano izquierda, en tanto se da la mano derecha. Esta manera implica una forma de persuadir o de convencer, o por lo menos, de hacerle partícipe de sus ideas.
Existen personas que dan la mano con rapidez, es decir, que aprietan y sueltan con mucha velocidad; esto significa premura, urgencia, prisas, y también, se hace para parecer original y de alguna manera impactar.
Por supuesto que si un hombre le rasca palma de la mano a una mujer con su índice, al saludarla, ella por lo menos le soltará rápidamente la de él; y cabe la posibilidad de que se ofenda, o se muestre sorprendida, como mínimo.
Se ha especulado acerca del origen del apretón de manos, en el sentido de que los caballeros daban la mano en la edad media, para hacerle saber al contrincante de que no llevaban ninguna arma. De todas formas, en nuestra cultura, el apretón debe de ser moderado, con la mano completa, y sin intentar doblegarle la mano al saludado, para que parezca sincero.
Las manos sirven para todas las necesidades básicas del ser humano, aparte del saludo: para construir la vivienda, para la confección de su vestimenta, para cocinar, para acariciar durante el sexo, para pasar las páginas de un libro y estudiar, para tomar medicamentos y atender los enfermos...y hasta los vicios dependen de ellas, como el sujetar un vaso con una bebida alcohólica, inyectarse una droga o fumarse un cigarrillo. Son muchos los ejemplos de contrastes.
Las manos sujetan el bastón del anciano o del invidente, pero, de la misma forma enseñan a un bebé a caminar. Los pedigüeños las usan para pedir colocándola en posición cóncava hacia arriba, de forma receptiva, y los padres la colocan en la cabeza de su vástago con la palma hacia abajo, de manera protectora. Los científicos agarran la probeta con las manos, pero los soldados lanzan granadas de mano con ellas.
Lo mismo las emplean quienes hacen obras de caridad, y los hábiles carteristas, también. Se le puede salvar la vida a alguien que se esté ahogando, o bien, sirven para apretar el gatillo del arma homicida. Los trapecistas de un circo se sujetan con ellas del trapecio para no caer con violencia al vacío, y los paracaidistas, se lanzan a ese mismo vacío y se aferran al paracaídas para caer con suavidad.
En la música, sus intérpretes dependen de ellas para lograr los sonidos, lo mismo que los deportistas en sus distintas especialidades; aunque hayan deportes como el fútbol, en que está prohibido su empleo, pero se usan con el fin de mantener el equilibrio o para el saque del balón.
En los bailes de ciertos países las manos son fundamentales, como el flamenco de España, o las danzas de la India o de Tailandia.
En ciertas culturas, como en Marruecos o en la misma India, las mujeres se decoran las manos con henna, que es un colorante de origen vegetal. En occidente, algunas divas del celuloide se han hecho famosas por sus escenas usando guantes, como Marilyn o la Marlene.
Nuestro idioma tiene numerosas frases idiomáticas que hacen referencia de las manos: arriba las manos, a mano armada, de primera mano, hecho a mano, echar una mano, está muy a la mano, mi mano derecha, una mano de plátanos, mano de pintura, pedir la mano, mano de obra, mano de ping-pong, doblar a mano derecha, y así por el estilo.
No nos olvidemos que con las manos se escribe o se teclea, lo cual para algunos ha significado el lograr la trascendencia, o sea, el perdurar en el tiempo y el espacio.
Donde hay más variedad es en la Sagrada Biblia, ya que contiene miles de referencias relacionadas con las manos. Desde Poncio Pilatos quien se lavó las manos, o cuando Moisés golpeó la roca para que saliese agua.
Las manos sirven para descargar el estrés, como cuando los pasajeros aplauden si han tenido un feliz aterrizaje, o se masturban en otro escenario; o bien, haciendo gestos, invitan lo mismo a bailar en una discoteca, que a fornicar. Son sociables cuando se usan para saludar quitándose la gorra, o piadosas al orar. Resultan hacendosas cuando una mujer borda un mantel, maternales en los casos en que le den el biberón a un infante, y halagan al aplaudir a un artista.
Los dedos de las manos tienen su manera de expresar cómo es la persona, por medio de los anillos, asumiendo que lo use dónde le plazca, en lugar de ponérselo dónde le sirva.
Partiendo del simbolismo de los dedos hemos elaborado EL LENGUAJE DE LOS ANILLOS DE FAUSTINO PÉREZ. Es un lenguaje que expresa a grandes rasgos cómo es su personalidad,
es decir, que ese detalle viene a ser como un resumen visual de su idiosincrasia o manera de ser. Ustedes lo podrán comprobar en el trato con la gente. Haciendo la salvedad de que este criterio es independiente de cualquier uso que la persona le pueda y/o quiera dar a sus dedos, con fines prácticos.La moda actual de ponerse un anillo en cada dedo la impuso Ringo Starr, del conjunto musical The Beatles, en la década de los años 60. El tocaba la batería, y con ese detalle, destacaba el movimiento de sus manos al tocar. Esto no implica que en otras épocas no se hiciera eso de ponerse muchos anillos.
Quienes usan anillos en todos los dedos, no quieren vincularse sentimentalmente de forma permanente con nadie. Es decir, que les gusta el flirteo, o el cambiar de pareja constantemente.
Tanto la cara, así como también las manos, que son las partes del cuerpo que ahora nos conciernen, están sometidas a los llamados impulsos cruzados del cuerpo. Esto significa que el hemisferio cerebral izquierdo controla el lado derecho del cuerpo, y viceversa, el hemisferio del cerebro que está a la derecha, rige el costado izquierdo. Sin embargo, en cada hemisferio cerebral tenemos zonas especializadas, para las distintas capacidades. Por esas razones, el lado derecho del cuerpo, se considera como el lado de la razón, el cálculo, el lenguaje y la premeditación, etc., y está regido por el lado izquierdo del cerebro. En cambio, el opuesto, controlado por el hemisferio cerebral derecho, es el lado de la intuición, de las corazonadas, de la imaginación, de los sentimientos, etc.
Hechas estas aclaraciones, aplicables a cada mano, tenemos que el dedo pulgar es el “dedo-juez”. En la época de los romanos, se hacía una señal con el pulgar hacia arriba o hacia abajo, para decidir la suerte de los gladiadores en el coliseo. Modernamente, los pilotos de aviones de caza, lo emplean para indicar que todo está correcto. Este dedo es el preferido para tomar las huellas digitales, por ser el más importante como se dijo, y así por el estilo. Si el hombre o la mujer se pone el anillo en ese dedo, significa que desea reafirmar su personalidad, o sea, que lo hace para recalcar su ego. Ciertas universitarias han puesto de moda el añillo en el pulgar, e inclusive, esa práctica ha sido adoptada por las lesbianas y por los gays, quienes también quieren reafirmarse, por lo visto, en sus preferencias sexuales. No es extraño que surja esa moda entre las universitarias, quienes se dan perfectamente cuenta, de que cada día adquieren una mayor cuota de poder social, porque los varones dominicanos cada vez estudian menos. Eso implica que el machismo tiene sus días contados, o a lo mejor quién sabe, todo está por verse.
El dedo índice probablemente sea el origen de la señal de la flecha; y en otro orden de ideas, ya lo emplean los infantes para señalar, sin previo aprendizaje. Es el dedo que indica, señala, y acusa. Cuando el anillo está en ese dedo, se trata de una persona dominante, que quiere imponerse, de forma intuitiva, si es en la mano izquierda; o de manera calculada, si se trata de la mano derecha, como ya dijimos.
En cambio, el anillo en el dedo mayor, al ser el dedo del equilibrio por estar a mitad de camino de los demás dedos, expresa que se trata de una personalidad que busca su equilibrio emocional, es decir, un balance en su estado anímico.
El dedo anular, por su parte, es el dedo del vínculo, es el que se considera como normal y perteneciente al anillo, y de ahí su nombre; ya que en ese se coloca el anillo del compromiso matrimonial, de la boda, de la graduación, etc. Las mujeres se sienten muy identificadas con sus vinculaciones, y por eso no es de extrañar que se utilice el dedo anular de la mano izquierda, que es el lado de los sentimientos. Los hombres también lo usan en este dedo para esos mismos fines.
El meñique, por su lado, es el más pequeño de los dedos, y viene a ser el consentido entre todos y el “niño” mimado. Por esas razones el anillo en el meñique implica una personalidad caprichosa, y quizá veleidosa, que se antoja de cualquier cosa y le gusta que lo/la complazcan. Por otro lado, implica independencia, o el estar acostumbrado a hacer lo que le da la real gana.
Quizá, las manos alcanzan un simbolismo máximo y sublime en la Capilla Sixtina del Museo del Vaticano, en la escena del mural del techo, en la que Dios casi toca el dedo de Adán, con el índice de la mano derecha. Esta imagen ha sido reproducida incontables veces, e inclusive, aprovechada por la publicidad. El genial Miguel Angel no se equivocó.

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