martes, junio 24, 2008

EL PUJANTE SECTOR TURÍSTICO DOMINICANO

EN EL RESORT LA VIDA ES MÁS SABROSA

Por FAUSTINO PÉREZ

Hace ya varias décadas que se demostró que la industria del turismo era una actividad económica estable y confiable, salvo en épocas de crisis importantes o situaciones de algún cataclismo grave. Así, poco a poco la llamada “industria sin chimeneas” ha ido incrementando su presencia aquí en el país, hasta convertirse en la principal generadora de divisas, desplazando a otros renglones que tradicionalmente habían mantenido su hegemonía durante mucho tiempo, verbigracia, la exportación de azúcar de caña.
Donde es más visible esa gran inversión, sobre todo en hoteles del tipo “todo incluido”, y por lo tanto, en los lugares en que más se nota y tiene mayor impacto es en nuestras zonas playeras y regiones aledañas, algunas de ellas dotadas de una singular belleza, como Bayahibe, Las Terrenas, Punta Cana y Bávaro, la zona de Cofresí en la provincia de Puerto Plata, las playas de las provincias de Samaná y de Barahona, y la Bahía de Cosón, entre otras muchas. Hay litorales espectaculares aún sin tocar, que no tienen nada que envidiar a ningún otro, como la Bahía de las Águilas, y así sucesivamente.
Las playas varían mucho, desde las agrestes de color azul turquesa con oleajes violentos y cantos rodados de Barahona, hasta las plácidas aguas verde-azuladas de arena fina y blanca de la zona sureste y este de la isla, pasando por las de arena parda y gruesa del norte, y las costas ventosas de Cabarete ideales para los deportes extremos como el kiteboarding.
A los resorts les conviene organizar actividades como recorridos a caballo, excursiones en monster trucks o en motos, paseos a cuevas de interés, a ríos, o a islas en las cercanías, como es el caso de la Isla Saona cerca de La Romana, o Cayo Levantado en las proximidades de Samaná. Todo esto además de las actividades que se ofrecen en los mismos resorts, como canchas de tennis, spas, masajes, footing, entre otras. En ciertos hoteles se da transporte gratuito a las ciudades y poblaciones cercanas, para que los turistas conozcan más de las regiones, y no se aburran, o vayan de compras, si lo prefieren. Igualmente se brinda traslado sin costo adicional a ciertos casinos.
En algunas zonas los hoteles forman “clusters” o agrupaciones con áreas y servicios comunes, como es el caso del complejo hotelero de Playa Dorada, cerca de Puerto Plata, con un campo de golf y tiendas disponibles para todos sus huéspedes. No muy lejos, en el área de Cofresí, se encuentra otro cluster de una misma cadena hotelera, con tres establecimientos del grupo Riu juntos. En el este y en el sureste de la isla también hay otros. Existen hoteles con dependencias importantes, tal es el caso de Casa de Campo, en el mismo sureste, la cual aparte de todos los servicios que ofrece, incluyendo la venta o alquiler de villas privadas en sus terrenos, y los campos de golf, también cuenta con la facilidad de Altos de Chavón, una ciudadela construida en el siglo XX, inspirada en la edad media europea. Aquí en Altos de Chavón funciona una prestigiosa escuela de diseño con carácter internacional, afiliada a la Parsons School of Design de New York City; aparte de otros muchos cursos que se ofrecen, galerías de arte, restaurantes, y un interesante museo regional de arqueología. Además presentan espectáculos de categoría en su conocido anfiteatro al estilo romano, con capacidad para cinco mil personas, el cual fue inaugurado en su época por Frank Sinatra. Es tal el interés que despierta este lugar, que otros resorts organizan excursiones para que sus huéspedes conozcan este maravilloso espacio de interés cultural y recreativo. Otro complejo turístico de envergadura es el de Cap Cana, que incluye espacios para tiendas, galerías, restaurantes y para atracar todo tipo de embarcaciones.
Estos “enclaves” adaptados a la actividad turística han transformado radicalmente las economías locales, al ofrecer toda clase de empleos a los lugareños. Si la selección del personal se hace con un criterio lógico: Los fortachones sirven como maleteros, para recoger las tumbonas, o como encargados del gimnasio, los aventureros pueden conseguir trabajo organizando excursiones, si alguno es alto con prestancia se convierte en maître de restaurante, las jóvenes sociables y amables pueden emplearse como recepcionistas, las hogareñas son ideales para el arreglo de las habitaciones, a los afeminados se les pone a bailar en los shows conjuntamente con las chicas más exhibicionistas y con aptitudes, y a los músicos del pueblo se les encarga el acompañamiento musical; a los diligentes se les da trabajo como camareros, los curiosos con habilidades y conocimientos técnicos terminan como electricistas, albañiles, carpinteros, o fontaneros, y los que tienen una carrera universitaria en contabilidad también pueden ser útiles; a los más simpáticos se les encarga la animación incluyendo la de llegar a ser payasos, y a los que posean propensión a la enseñanza se les entrena para impartir aeróbicos, o clases de baile, o bien, de buceo; a los interesados en el mar se les encarga de las actividades marinas, a los que les gusta la música son estupendos para la discoteca, y los interesados en resolver casos son ideales para la seguridad del hotel…En fin, que hay trabajo para centenares de personas.
Aparte de los que laboran directamente en el resort hotelero, también están los proveedores de toda clase de alimentos, incluyendo frutas, vegetales, carnes, mariscos, yogurts, bebidas refrescantes y nutritivas de todo tipo, café y té, agua, etc. Por su parte, los importadores de productos tales como quesos, vinos y demás bebidas espiritosas, entre otros bienes de consumo, también juegan un rol; al igual que los transportistas de la región y del país.
Hay hoteles que importan, por igual, colchones, cerraduras, lámparas, frigoríficos, televisores, teléfonos, computadoras, equipos de toda clase para el gimnasio, la discoteca, las oficinas, y así sucesivamente. Los carpinteros para el mobiliario, los ceramistas para los adornos de cerámica, los pintores y grabadores para la decoración de las habitaciones y otras áreas del hotel, todos ellos también pueden conseguir jugosos contratos. Es preciso tomar en cuenta que cada encargo se multiplica por el número de habitaciones del negocio hotelero.
Existe una profesión bastante especializada que suele tener mucha demanda en este sector turístico criollo, y es la de tejedor de canas de palma. La cana es una de la gran variedad de palmas cuyas hojas gigantes sirven para techar, con la ventaja de que le da una aspecto más local a lo que se cubre, y protege mejor de los rayos solares, “amortiguando”, por así decirlo, el calor que produce el sol. En nuestra isla existen unas 45 especies de palmeras entre las nativas (26) y las introducidas (19), y la palma cana con sus dos especies (Sabal domingensis, y Sabal causiarum) es una de las que tienen mayor utilidad para el hombre.
Los resorts del tipo “todo incluido” suelen organizar periódicamente exposiciones de productos artesanales, de pinturas, de cigarros puros, camisetas y gorras, ropa playera y calzados, etc., aparte de lo que se vende en las tiendas que se encuentran dentro de los mismos complejos hoteleros. Otros tienen afiliados que realizan caricaturas de los huéspedes interesados; y en algunos, existen fotógrafos permanentes para sesiones fotográficas, lo cual es muy práctico para aquellos hoteles en donde se realizan bodas y demás tipos de celebraciones como cumpleaños, y cenas íntimas, entre otras.
En virtud de que a los turistas extranjeros les interesa mucho tomar el sol, todas las actividades en torno a la piscina y/o jacuzzi, y/o la playa son vitales, por así decirlo, para que los clientes estén satisfechos. Así tenemos desde clases de natación, buceo, aeróbicos y de bailes, hasta competencias de dardos, lanzamiento de herraduras, de ajedrez, y juegos de vólibol, básketbol, y de otras clases. Hay muchos hoteles con una gran oferta de actividades para los niños, en especial en los períodos de vacaciones. Esto incluye desde películas de dibujos animados, hasta áreas de juegos, shows y concursos para los infantes, además de las excursiones.
Un capítulo importante en los hoteles es el de los restaurantes y la calidad de sus servicios. En la gran mayoría de los establecimientos hoteleros cuentan con un comedor del tipo buffet, y otros restaurantes temáticos a la carta, donde suele cobrarse un extra. En unos pocos, tienen degustaciones de carnes, sin costo adicional, para lo cual hay que inscribirse normalmente. Con tantas actividades los huéspedes tienen mucho apetito, y una buena variedad de platos para satisfacer los gustos internacionales es imprescindible.
Aparte de las nacionalidades, es importante tener en consideración las edades de los huéspedes, ya que los gustos varían radicalmente. No es lo mismo un desayuno tipo inglés a base de bacon y huevos, que uno criollo fundamentado en el clásico “mangú” conocido como “puré de musáceas al vapor”, o un almuerzo italiano con pizza. No es igual un desayuno poco sano con hamburguesa o hot dog con varias salsas, que uno más saludable a base de pan negro integral con miel, o con mantequilla de cacahuete. Normalmente los hoteles playeros sirven pescado a diario, y en algunos más caros, se incluye una oferta de mariscos.
A los resorts se les ha criticado sus precios no asequibles para los bolsillos de la gente clasemediera, y por otro lado se ha dicho que son verdaderos guetos donde los turistas no pueden ponderar y conocer la verdadera situación del país. Para los dominicanos que sí se permiten el lujo de ir a esos establecimientos, aunque sea tomando dinero prestado, esos enclaves sirven, - bien sea por pocos días - , para olvidarse de los problemas causados por la miseria, por los apagones, de la subida generalizada de precios, de la crisis en los suministros de carburantes, de la delincuencia y los atracos, de la drogadicción y otros vicios, de la recogida de basura, de la corrupción, de la decadencia en la educación dominicana, de la falta de civismo, del lavado de divisas, del analfabetismo, del problema haitiano, de los viajes ilegales en “yola”, de la desnutrición, del desempleo crónico, de la contaminación, de la prostitución, y un largo etcétera. Es como estar en otro país evadiéndose, incluso en otro mundo, olvidándose, de tantos inconvenientes que uno no puede resolver… porque ya se sabe que en el resort la vida es más sabrosa.

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