martes, octubre 28, 2008

LAS COSAS NO SON COMO LAS PINTAN

Los buitres purifican el ambiente

De Simón Guerrero

SANTO DOMINGO. Con frecuencia cometemos la injusticia de atribuir a los animales conductas y actitudes que son exclusivamente humanas. Por ejemplo, llamamos "perro" al marido que llega borracho y golpea a su mujer y a sus hijos. No he visto nunca, sin embargo, a ningún perro borracho golpeando a la perra o a sus cachorros. Los perros son animales muy gregarios que cuidan a sus crías y nunca son agresivos con la perra. Cuentan, además, con mecanismos de persuasión que les permiten resolver los conflictos demostrando quien es el más fuerte mediante amenazas rituales, sin llegar casi nunca a hacerse daño. Si los hombres imitaran a los perros, los casos de violencia intra familiar serían escasos.

A veces el error consiste en juzgar a los animales con patrones estéticos humanos. Porque se revuelcan en cosas podridas llamamos sucios a los perros, ignorando que esa conducta cumplía una función de supervivencia en sus ancestros salvajes y en otros carnívoros, como los lobos y los coyotes, ya que así ocultan su olor y pueden acercarse a sus presas sin que éstas los identifiquen con el olfato.

A un taller sobre juegos ilegales se le dio el nombre de "El Guaraguao", y en el programa del evento aparecía un dibujo de esta ave. No acabo de entender la relación entre juegos de azar y aves rapaces. No sé de ningún Guaraguao (Buteo jamaisensis) que haya sido sorprendido con dinero en efectivo y una lista numerada del uno al cien. Las hienas del zoológico, que también han sido calumniadas, se sintieron muy mal cuando un sacerdote las comparó con ciertos congresistas.

Con los buitres la injusticia es aún mayor. El Aura o Maura (Cathartes aura) único buitre que vive en la isla, es un regulador ecológico, pues como se alimenta de animales muertos, elimina grandes cantidades de cadáveres que podrían afectar nuestra salud. Su nombre latino Cathartes viene de catarsis (purificación), por la labor de limpieza que realizan. Los buitres sólo constituyen un problema cuando se desatan epidemias en el ganado, pues pueden ser vectores que lleven la enfermedad de un potrero a otro.

Buitre Pavo (Turkey Vulture) le llaman en inglés por su cabeza roja y el color oscuro de sus plumas. No se sabe si llegó a las Antillas de forma natural o si fue introducido accidentalmente. En Suramérica le llaman gallinazo y es un personaje frecuente en la literatura latinoamericana. En la novela "La Casa Verde" de Mario Vargas Llosa, uno de los barrios de la ciudad de Piura, donde ocurre parte de la historia, se llama gallinacera. Aparecen también como actores secundarios en muchos cuentos de García Márquez. En Colombia usan la palabra "gallinacear" para referirse a un hombre que hace "rondas" a una mujer.

Es falsa la creencia de que si se tocan los huevos de un ave ésta abandona el nido. Es algo que sólo podría notar a través del olfato, que es un sentido atrofiado en la mayoría de las aves. Los buitres americanos, en cambio, tienen muy buen olfato, lo que les permite localizar la carne podrida.

En Estados Unidos usan a los buitres para detectar escapes de gas en los gasoductos: si se ve a una bandada de buitres en una zona en la que hay tuberías y no hay cadáveres, es que hay un escape, ya que el olor del gas es similar al de la carne podrida.

Bonito-feo, sucio-limpio, bueno-malo son valoraciones humanas y carecen de sentido en la naturaleza. Como sentenciara hace muchos siglos un griego eminente y calumniado, "el hombre es la medida de todas las cosas". Así que cada vez que vea a alguien comportarse de manera cruel o deshonesta, no trate de buscar una equivalencia en el reino animal, más bien repita con el filósofo: "Humano, demasiado humano". guerrero.simon@gmail.com

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