viernes, julio 09, 2010

LA COMUNICACIÓN NEGATIVA, NEGRA, MALINTENCIONADA, O SUCIA


CIELO CARGADO DE LLUVIA SOBRE SANTO DOMINGO (foto: José Pión)

Por FAUSTINO PÉREZ

La comunicación negativa es bastante compleja y vasta, ya que abarca básicamente desde la desinformación, en un extremo, hasta el chisme, la murmuración y el rumor, en el otro, pasando por el arte de zaherir y el insulto; es evidente que la mentira y el engaño pertenecen por derecho propio a esta clase de comunicación, ya que el mentir no es más que desinformar, pero a otro nivel. La murmuración, por su parte, es como el chisme en ausencia de la otra persona afectada. Las variantes que se incluyen aquí no lo abarcan todo, por supuesto.
Sin embargo, a pesar de estar mal estudiada en sus diferentes vertientes, modalidades y especialidades, no por eso deja de ser practicada a diario, ya que las mañas, habilidades y ardides a los que recurre la gente, las instituciones y los estados cada vez se perfeccionan más. Es discutible si la brujería y otras prácticas afines deban de incluirse en la comunicación negativa. En otros casos tampoco hay unanimidad de criterios, por ejemplo, hasta qué punto el grafiti es igualmente negativo: unos dirán que sí y otros lo contrario. A los que son perjudicados porque les embadurnan las paredes de su propiedad, obviamente tienen que afirmar tajantemente que el grafiti es negativo.
Todo lo anterior implica que la comunicación negativa se practica tanto por individuos así como también por organismos, organizaciones, grupos, agrupaciones, colectivos, fundaciones, entes y establecimientos que agrupan a personas en su seno; por supuesto, cada cual a su nivel y con sus técnicas específicas para cada caso, ya que el abanico de posibilidades y opciones es muy amplio, y por lo tanto sólo podremos esbozar algunas pinceladas generales.
Como se comprenderá no es lo mismo un comunicado de guerra de una potencia nuclear ocultando o disimulando datos del conflicto, que dos vecinas en el barrio insultándose por culpa de las travesuras de uno de sus vástagos. No obstante, todo lo anterior está enmarcado en la misma especialidad de la comunicación negativa.
Pero vayamos por partes: según el profesor italiano de semiótica Ugo Volli, en una entrevista que se le hiciera para la revista Signo y Pensamiento No. 25, de la Universidad Javeriana de Colombia, existen al menos cinco conceptos diferentes de comunicación:
1ro. - La comunicación física, proporcionada por las vías de comunicación como las calles, avenidas, ferrovías, etc., y los medios eran los vehículos, trenes, aviones, barcos, entre otros.
2do.- Shannon y Weaver propusieron en la década del 1940 a la información como la transferencia de información: con un emisor, un destinatario, un canal, y un ruido.
3ro.- Se refiere a la etimología del término que es “poner en común”, recursos intelectuales.
4to.- La comunicación en sentido dialógico, es decir, como intercambio.
Y 5to.- La comunicación “indiciaria”, o sea, el construir indicios para hacer que el otro entienda ciertas cosas.
Nosotros empleamos el término comunicación indistintamente de acuerdo a las cuatro últimas categorías.
La desinformación, por su lado, la define Ma. Fraguas de Pablo en su libro Teoría de la Desinformación, como: “la acción del emisor que procede el ensamblaje de los signos con la intención de disminuir, suprimir o imposibilitar la correlación entre la representación del receptor y la realidad del original”.
Según la conocida fórmula de MacKay al comparar la representación con lo representado, esa diferencia verificada nos da la medida de la desinformación. Uno de los expertos en desinformación más famosos de la historia contemporánea ha sido, sin duda, Joseph Goebbels, el Ministro de Propaganda de Adolf Hitler, con la llamada técnica de la Gran Mentira, de tal forma que si la mentira se repetía muchas veces, ellos sostenían que algo quedaba.
Por su parte el chisme es definido en su primera acepción por el diccionario de la Real Academia como: “una noticia verdadera o falsa, o comentario con que generalmente se pretende indisponer a unas personas con otras o se murmura de alguna”.
Es evidente la mala intención del chisme ya que pretende desunir a las personas o como mínimo que se lleven mal. Muchas veces lo que subyace como motivación del chisme es la envidia sobre todo, y el afán de venganza.
En cuanto al rumor se refiere utiliza los mismos canales de distribución que el chisme, lo único que varía es la intención, ya que se asume que no se intenta perjudicar a nadie. Según G. W. Allport y Leo Postman en su libro llamado Psicología del Rumor, existe una fórmula del rumor: IxA; esto significa que el tema ha de ser de (I)mportancia para el interlocutor, y que debe haber mucha (A)mbigüedad, o sea, como se dice técnicamente, ha de ser polisémico.
Por ejemplo, si a alguien se le dice en la calle con mucho sigilo que el precio de los camellos va a subir en la Arabia Saudita, para esa persona ese tema no tiene importancia, entonces, o se lo toma como un chiste malo o no hace caso; en cambio, si se le susurra que va a subir el doble el precio de la gasolina la semana que viene, enseguida prestará atención, y lo más probable es que siga corriendo la voz.
En cuanto al zaherimiento se refiere, ese es uno de los pasatiempos preferidos de los dominicanos, que se practica principalmente para vencer el aburrimiento y el tedio, me estoy refiriendo a la llamada “cuerda”, o “el dar cuerda”. Entre nosotros existen verdaderos especialistas en ese arte, e inclusive, hay familias en las que se pasan literalmente el día entero dándose cuerda. Inclusive, algunos padres les dan una especie de cuerda cariñosa a su hijos para que les sirva de entrenamiento.
Como se sabe existen tres temas principales que son tabú en la cuerda normal: los progenitores de los involucrados, los defectos físicos personales y la salud, conjuntamente con el nombre de pila y/o el apellido de la persona. Ahora bien, en la que se conoce como la “súpercuerda”, “cuerdaza”, o “cuerdón”, ahí todo es válido.
Cuando se lleva a los extremos, se sabe de gente que se ha matado con otra por culpa de una cuerda. En los pueblos dominicanos la cuerda puede ser más cruel aún, motivada principalmente por el desempleo y por las carencias de medios y recursos, que provocan aburrimiento, y se pueden pasar horas y horas dándole cuerda a una víctima, para matar el tiempo de ocio.
Para ser un “cuerdero” de éxito se requiere tener mucha información acerca de los demás, especialmente de aquellas cosas negativas de sus vidas, ya que esas son las municiones preferidas de los que practican la cuerda como entretenimiento, porque sirven perfectamente para avergonzar a los demás en público. Por otra parte, la imaginación y la creatividad son esenciales, lo mismo que el sentido del humor, conjuntamente con la capacidad de dramatización, de asociar las ideas rápidamente, y de exageración de los hechos. Esas mismas dotes histriónicas se utilizan estupendamente para la defensa, aparte de su utilidad para el ataque, como ya dijimos. Todo ello apoyado por una buena memoria, claro está.
La cuerda más dañina es la que se practica en coro, y si se turnan en el ataque en contra de uno, el afectado lo puede pasar muy mal. Esto no significa que la cuerda no se pueda practicar sin un coro, pero eso ayuda mucho.
Las estrategias de defensa son muy variadas, y van desde la auto-cuerda hasta los múltiples mecanismos de desviar la atención del grupo. Un ejemplo de auto-cuerda sería criticarse uno mismo su nariz fea, antes de que los demás empiecen a burlarse de ella.
Hay cuerdas que se pueden prolongar durante décadas; yo sé de unos amigos ya profesionales, que cada vez que se encuentran en la calle, ambos se dan la misma cuerda de cuando eran niños, lo que significa que ya llevan más de treinta años en lo mismo.
Pero no se crean que la cuerda se practica solamente en la República Dominicana. Hace ya unos años yo viajé a Perú, y un amigo dominicano me encargó que le comprara la famosa “uña de gato”, para una dolencia que tenía. Cuál no sería mi sorpresa que cada vez que yo preguntaba a alguien en Lima por la raíz, lo que hacían era que se reían y empezaban a darme
cuerda. Al final regresé sin la uña de gato y me enteré que aquí se usaba para el tratamiento de los males de la próstata…

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