¿QUIÉNES SON LOS "VIEJEVOS"?

UN “VIEJEVO” NO ES UN LONGEVO CUALQUIERA

Por FAUSTINO PÉREZ

No se sabe a ciencia cierta si el “viejevo” lucha contra el tiempo, o el tiempo lucha contra él, porque cuando el rancho arde es preciso salvar lo que se pueda contra el reloj; o bien, dicho de otra manera, cuando la escopeta tiene pocos cartuchos hay que ser más selectivo y no desperdiciarlos.
Pero vayamos por partes: ¿cómo se define un viejevo?, ¿tiene alguna ventaja comparativa que los demás no tengan?, ¿existen viejevos sólo aquí?, ¿cuáles son sus limitaciones?, ¿se podría hablar igualmente de una viejeva?...
El dominicanismo viejevo es un acrónimo, contracción, o combinación de las palabras viejo y de “jevo” (otro dominicanismo), que surgió y se puso de moda, en la década de los años 90 del siglo pasado, más que nada en plan jocoso. Como ya se sabe un viejo es un señor mayor, en particular con más de 70 años; pero, es preciso aclarar, que también se emplea ese vocablo para hombres con menos edad, en muchos países, de forma cariñosa, igualmente.
Influye además, la edad promedio de una sociedad. Por ejemplo en Europa la mayoría de los estados tienen una población con una edad promedio de 40-50 años, o sea, que son conglomerados adultos; aquí en cambio predomina la juventud y esa misma edad promedio es de 24.7 años. Igualmente, tienen su incidencia las condiciones físicas en que se encuentre la persona, ya que hay hombres de 50, 60 ó inclusive de 70, que se conservan muy bien.
Por su parte el término “jevo” fue importado probablemente de la vecina isla de Puerto Rico, y/o de la ciudad de New York, y se deriva del término en inglés “heavy” (vea en este mismo medio mi artículo titulado: “De dónde son los jevitos”); y está emparentado con “jevito”, “jevitada”, “jeva”, “jevita”, etc.; y también se emplea en frases tales como “´ta jevi”, entre otras.
El jevito o “niño de papy y mamy”, es un joven consentido y mimado, que dispone de recursos económicos, y le place alardear, presumir, y disfrutar de los bienes de consumo y de los placeres que el dinero puede comprar. Esto implica que el jevito compite en el mundo a un nivel medio o elevado. Equivale al “tíguere” dominicano, pero de las clases medianas, o altas pudientes. A nadie se le ocurre llamarle jevito a un joven de los estamentos pobres.
Entonces, vamos a definir al viejevo como un señor de más de 40 años, hasta un tope que se lo impone la misma fortaleza de su cuerpo, es decir, que puede estar en sus andanzas, correrías y “travesuras” hasta una edad de 70, o mientras su organismo resista; con varias ventajas comparativas importantes sobre los jóvenes, con quienes tiene que competir:
a) Dispone más de su tiempo, bien por haberse jubilado o retirado, o por ser jefe de donde trabaja, o por el motivo que sea.
b) Normalmente tiene la vida resuelta, sin agobios.
c) Suele contar con recursos económicos para gastarlos en sus caprichos y bienes disfrutables.
d) Tiene más mundo, experiencia, y conocimientos que le sirven para la conquista y para persuadir.
e) Puede tener influencias y relaciones sociales, políticas, económicas, etc., y/o contar con un nombre en la sociedad y ser reconocido.
f) Representa una figura paternal, algo muy útil de cara a muchas jóvenes, por aquello del llamado Complejo de Electra, definido por Carl Jung, el psiquiatra suizo.
g) Lo normal es que al haber tenido más experiencias sexuales, es posible, se supone, y se espera, que técnicamente hablando sea un mejor amante.
h) Cabe la posibilidad de que le sirva de consejero a la joven, en diferentes áreas, si ella quiere y/o necesita.
i) Al ser mayor suele ser más conservador, y por lo tanto corre menos riesgos que los jóvenes; esto implica que le gusta y prefiere una vida cómoda, y no hacer locuras.

Ahora bien, el viejevo tiene la gran desventaja del tiempo en su contra, - es decir que sabe que la vida se le acaba - , y de fuerzas físicas y movilidad mermadas. Esas mismísimas desventajas son también ventajas, porque se supone que debe saber racionar sus energías más eficientemente, y por otro lado, quiere aprovechar el tiempo sin más demora, y darse todos los lujos y caprichos que pueda. Esto no significa en modo alguno que los jóvenes no vayan a envejecer también, pero todavía les falta.
¿Puede existir un viejevo humilde, sin recursos?, bueno, según la definición la respuesta es negativa. Eso no significa que un señor de escasos medios no pueda ser un ligón, incluso, con más méritos que uno que los posea; pero, con muchas limitaciones e imposibilidades para disfrutar de las cosas buenas y caras de la vida. Esta clase de sujeto aún no tiene un apelativo popular porque no llama mucho la atención.
En todo caso, la principal prioridad de todo viejevo que se precie de ser auténtico, es la de conquistar chicas jóvenes; porque por definición, un viejevo con una mujer de su edad, deja de serlo. Si está casado sale con su esposa lo imprescindible e inevitable. Si su consorte sabe de las andanzas de él, o bien, - lo intuye o sospecha - , tiene varias alternativas civilizadas a su disposición: Se divorcia, se separa de él, o lo tolera sabiendo que ella es en definitiva la señora, y así por el estilo. Todas son decisiones dolorosas y que pueden llegar a ser traumatizantes, y hasta pueden conducir a una vejez en solitario, para cualquiera de ambos cónyuges. Hay viejevos que presentan a sus conquistas como sus “sobrinas”, “secretarias”, o sus “asistentes”, cuando los demás no están enterados.
Por otra parte prefiere que le tuteen, y no le gusta que le llamen “señor”, ni “don”. Además, si tiene nietos le disgusta que le digan “abuelo”.
Para poner en marcha su estilo de vida, el viejevo adopta toda una estrategia a largo plazo, usando ropa de marca con aire juvenil, adaptando sus gestos y léxico al gusto de las jóvenes, se arregla el pelo y se disimula o se tiñe las canas; es toda una metamorfosis y una estrategia de cómo aparentar maduro con espíritu juvenil. Si es algo metrosexual, eso ayuda, lo mismo que una pequeña cirugía correctiva, o un retoque facial con botox; además, es casi imprescindible para el impacto visual en las féminas, el tener un vehículo de apariencia, como un todoterreno, o un auto caro, lo cual llama más la atención y provoca más la codicia de las chicas, que la propia imagen corporal del viejevo.
La ciencia tampoco se ha quedado a la zaga y ha salido a favor de los viejevos, con las pastillas para la disfunción eréctil, con numerosas marcas a su disposición. Sin lugar a dudas que esta revolución médica, significó un gran avance con relación a la famosa “bombita” que promociona tanto el actor mexicano de origen dominicano, Andrés García.
Todo estos progresos le permiten al viejevo mejorar su desempeño sexual y restablecer una relación de dominio en su relación con la chica, casi igual que un joven de la edad de ella; con lo cual el viejevo prácticamente equilibra la ventaja comparativa que tenían sobre él, además, elimina una posible causa de pasar vergüenza, de hacer el rídiculo, y de ser objeto de burlas. A nadie le gusta ser zaherido.
El viejevo es muy simpático, y se muestra carismático y agradable, en especial cuando le interesa la joven, y se hace experto en temas frívolos de esos que aparecen en las revistas del corazón. Acude a los lugares de moda y consume bebidas de prestigio.
Cuando asiste al gimnasio, todo lo hace por conservar la apariencia de fortaleza física, y le gusta el perfume atrayente. Otros sobresalen por ser buenos bailadores. En Argentina, los viejevos de ese país tienen a su disposición una música ideal para seducir a las jóvenes y mostrar sus habilidades bailando: el tango.
Si el viejevo se pasa en su aspecto, o bien, en el baile, cabe la posibilidad de que hasta parezca ridículo, y si se deja embaucar por una prostituta encubierta, que se presenta como una joven atractiva, puede caer más en lo risible. Otro riesgo que corre el viejevo es que la chica se le vaya con otro de la edad de ella, o que la joven le saque ventajas al viejo para disfrutarlas con la competencia juvenil. Se sabe de viejevos a quienes no les importa compartir con discreción su ligue, y así ella con esa fórmula, tiene lo mejor de dos mundos.
Si la joven está casada, y tiene posibilidades de darse una “escapadita”, y le interesa el viejevo, ella puede disfrutar con el viejevo, recibir regalos y otras ventajas, sin tener que preocuparse por los quehaceres domésticos, es decir, por la parte engorrosa y pesada. Solamente “usa” al viejevo para disfrutar y obtener ventajas; y el viejevo, por su parte, también la “utiliza” a ella para gozar y para otros fines como el sentirse bien…
De la misma manera, hay viejevos que en su afán desesperado por la conquista les suben la “cotización” a algunas jóvenes; incluso, les hacen regalos muy costosos como apartamentos y/o vehículos. Las frustraciones no acostumbran a hacerse esperar…
Hay extranjeros, en particular europeos de mediana edad, hartos de sus mujeres reinvindicadas, o bien, divorciados, separados, o sin compañera, que vienen a vivir al país, o a buscar “novia” para llevársela. Las mujeres dominicanas, por lo general, son más cariñosas y atentas que las de ellos, aparte de que les resultan exóticas. Ese es un capricho que suele salirles caro, pero como vienen con euros la cuestión se les facilita. Empero, estos forasteros “ligones”, que conquistan por interés y por las precariedades económicas de las jóvenes, no califican como viejevos, aunque ya hay algunos residentes que sí lo son.
Periódicamente aparecen “falsos viejevos”, que están endeudados hasta la coronilla por llevar una vida por encima de sus posibilidades. Son de esos que quieren ser viejevos a toda costa, a cuenta de las tarjetas de crédito.
¿Y qué sucede con las viejevas?, que también las hay. El problema de ellas es que suelen perder sus curvas corporales coincidiendo con la menopausia, y ese detalle las hace menos atractivas y competitivas. Pero aún así existen y dan guerra, en especial las que tienen recursos económicos abundantes y medios a su disposición, y/o las que aún conservan sus atractivos corporales, el vigor sexual y la libido, o su encanto en el trato. Al igual que los hombres, las viejevas son también presumidas y exhibicionistas, y alardean de sus conquistas, por supuesto, de los chicos que enganchan. De la misma manera, se nota ese afán de disfrutar de la vida que se acaba, dando la impresión
algunas de ellas, de que tienen esa asignatura pendiente, o de que no disfrutaron lo suficiente en su juventud, aunque sea falso. Al igual que los viejevos pretenden vivir en una eterna juventud.
De cualquier manera, el ligar produce una sensación de poder, lo cual es un aliciente más para muchos de los que están en ese afán. Inclusive, algunos/as lo hacen exclusivamente por esa motivación, y dan la impresión de que para ellos/as la palabra amor no está en su diccionario personal.
El viejevo tiene sus equivalentes y sus variantes en otros países de mundo, salvo en los que por razones culturales y/o religiosas no se pueda; y se manifiesta desde el magnate del juego en Las Vegas quien protege a sus “bailarinas”, imponiéndolas en el show del hotel, hasta el alto ejecutivo de Tokio con su geisha favorita, pasando por el jeque árabe que encarga rubias nórdicas por catálogo, o el presidente latinoamericano con sus queridas, o bien, la escolta exclusivamente femenina de un líder político africano. Lo que sucede es que se les llama de otra manera, o sencillamente no les tienen ningún apelativo.
En España, la Duqesa de Alba y Grande de España, con más títulos de nobleza que nadie en el mundo es una viejeva caprichosa de armas tomar. Nacida en el 1926, decidió no casarse con su novio 25 años más joven que ella, por razones familiares, ya que sus hijos no veían con buenos ojos su boda…