jueves, enero 29, 2009

EL MILENARIO EGIPTO: MI VISITA A LA TIERRA DE LOS FARAONES (4)

Por FAUSTINO PÉREZ

De las siete maravillas de la antigüedad, todas estaban en la región conocida como Oriente Próximo - desde nuestra perspectiva - , y la única que queda de pie es la gran pirámide llamada de Keops, o Cheops, o bien, Khufu, en el área de Giza en Egipto, a 13 kilómetros (8 millas) del Cairo Ramses Hilton, lo cual implica un recorrido que puede durar entre 25 minutos a 3 horas, dependiendo de la hora y de la circulación. De las aproximadamente 118 pirámides descubiertas hasta la fecha, todas están del lado oeste del río Nilo, porque al ser la dirección del ocaso del sol, se asociaba en la mitología egipcia con el reino de los muertos. No nos olvidemos que las pirámides eran monumentos funerarios. La “decana” de estas tumbas reales es la de Saqqara, a la que se le calculan unos cinco mil años.
Algunas están en muy mal estado de conservación, de tal forma que parecen un montón de escombros, en contraposición con otras que presentan una mejor condición. Es preciso recalcar que una parte importante de la historia antigua de Egipto, aún está enterrada bajo las arenas, o sea, que es desconocida para los expertos.
Zizo – nuestro guía- nos recalcó que aún queda mucho por descubrir en Egipto, cuando llegamos a la entrada de las pirámides. La entrada costó 60 libras egipcias, porque en Egipto hay que pagar para todo, y así llegamos a esas enormes estructuras milenarias las cuales todavía asombran y maravillan a propios y extraños. Cada cierto tiempo surgen teorías de cómo fueron levantadas, pero me da la impresión de que no se sabe en realidad, porque subir esos pesados bloques hasta esa altura, y la logística que requiere su traslado, todavía hoy en día con los recursos y tecnologías disponibles, no es tarea fácil; y mucho menos en esa cantidad. En el área de Giza hay tres pirámides importantes y otras secundarias, aparte de la Gran Esfinge.
La mayor, es decir la de Keops, tiene una base de más de 230 metros, y una altura, de más de 138 metros hoy en día, pero originalmente tenía más de 146 metros, con más de dos millones de bloques. Si se compara con la Gran Pirámide de Cholula, o de Tlachihualtepetl, en México, la estructura de piedra más voluminosa del continente americano y del mundo, que sólo tiene 66 metros de alto, pero con una base de 450 metros; o bien, con la Pirámide del Sol de Teotihuacán, a 46 kilómetros de la Ciudad de México y que tenía originalmente una altura de 75 metros, se aprecia la enorme diferencia en cuanto a prestancia se refiere.
Hoy en día lo que queda de la Pirámide de Keops es su estructura interna puesto que el recubrimiento se ha perdido con los años. Cabe la posibilidad de visitar muy parcialmente su interior, aunque, como se supone, no todos los pasadizos internos han sido descubiertos.
Únicamente la Pirámide de Kefrén, Chrephen, Khafra, o Khafre, es decir, la segunda en tamaño de las de Giza, conserva una parte de su recubrimiento exterior en su cúspide. Esta estructura construida con bloques de más de dos toneladas cada uno, tenía originalmente más de 143 metros de altura; empero, desde ciertos ángulos de visión parece más alta que la de Keops, por los desniveles del terreno.
En el área de las pirámides de Giza el turista tiene la posibilidad de subirse a un camello o a un caballo para la foto de rigor, lo cual sale comparativamente caro; y si intenta hacer todo el recorrido a pie entre las pirámides puede tardar fácilmente varias horas al sol, - aparte de la contaminación, y la arena en suspensión en el aire - , por las distancias involucradas y por la dificultad de caminar en un arenal, y encima, en un terreno muy irregular, amén de tener que evitar los excrementos de los animales y el acoso de los vendedores de souvenirs y de los camelleros mismos.
Después de las fotos del conjunto de pirámides desde un mirador, llegamos a la Esfinge, que se encuentra en una especie de hondonada. De esa manera pudimos admirar esta famosísima estatua gigante con cara negroide, aunque no se sabe si de hombre o mujer. A pesar de que le falta la nariz, la forma craneal es típica del África subsahariana, lo cual se nota en el mentón y en la frente huidiza, y además, tiene un cuerpo de león, con unas patas delanteras reconstruidas y desproporcionadas.
Después de la paliza de la mezquita, del enorme museo y de las pirámides, nos llevaron a almorzar al restaurante Caviar, donde probamos unos platos a base de pescado preparado al estilo local. Pero todavía nos faltaba mucho por ver y recorrer.
A continuación le tocó el turno a una galería de arte en soporte de papiro llamada Sondos Papyrus, donde primeramente nos enseñaron a fabricar el papiro, es decir, la base, y luego pasamos a ver las piezas hechas con diferentes técnicas, entre las cuales se destaca el empleo de tintas de colores brillantes, pero también se puede usar la pintura acrílica o el óleo, entre otros procedimientos. En el nivel superior de la galería tienen una tienda de souvenirs.
De ahí nos llevaron a descansar al hotel a las 4:30 p.m., para ir a buscarnos a las 6 p.m. con el fin de presenciar el espectáculo de sonidos y luces en idioma español con las tres pirámides principales de Giza y la Esfinge de pantalla. De esa manera tuvimos tiempo de pasar a recoger más huéspedes por otro hotel, y llegamos al show justo antes de comenzar. Este espectáculo que vimos es único en el mundo y dura algo menos de una hora con la audiencia sentada a la intemperie, y con una temperatura de aproximadamente 10º; aunque ya en Teotihuacán, México, quieren hacer algo equivalente. El idioma varía dependiendo de la hora y del día, y también los egipcios tienen shows equivalentes ad hoc en otros sitios de interés arqueológico tales como: Karnak, Philae, y en Abu Simbel, o sea, cuatro en total incluyendo el de las pirámides.
Para el show emplean proyectores de alta potencia y rayos láser con unos efectos muy logrados. Al finalizar nos deleitamos con unas piezas interpretadas por una banda de gaiteros egipcios que se encontraban a la salida del recinto.

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