jueves, julio 16, 2009

EL GRAFITI ESCATOLÓGICO ES EL MÁS ÍNTIMO

Por FAUSTINO PÉREZ

El baño, también conocido como el excusado, el servicio, el retrete, el váter, el water closet, el inodoro, el mingitorio, o el lavabo, entre otros sustantivos, es por definición el lugar donde se plasman los grafitis escatológicos. Nunca mejor dicho, porque al ser el grafiti una expresión espontánea, qué mejor lugar que aquel en que se puede estar en la mayor intimidad para poder expresarse libremente, sin tapujos y censuras, y encima, sin testigos normalmente.
Pero vayamos por partes: A este tipo de grafiti se le llama escatológico porque se relaciona con los excrementos y suciedades, y por ese motivo se practica en el lugar donde se depositan los residuos de los alimentos, y además, se suele emplear un lenguaje vulgar y cónsono con las circunstancias. Si los grafitis escatológicos no se limpian y/o eliminan terminan siendo un amasijo abigarrado de textos.
Lo que es más, esta clase de grafiti viene a ser una especie de confesión sin sacerdote, es decir, una verdadera catarsis; en especial, cuando el mensaje no está estereotipado y tampoco se hace como una forma de humor (por eje.: AKI SE CAGA O SE MEA). Existe un paralelismo entre la descarga física y la pintada emocional, de tal suerte que esa acción precisamente en ese lugar, sirve como una especie de purificación de ambas clases de impurezas: la física y la mental. Este grafiti es una experiencia vital profunda, aunque no lo parezca, por medio de la cual se expresan deseos reprimidos, temores, y ambivalencias; todo ello solapado y amparado en el anonimato, hasta tal punto, que el mismo humor que se emplea para disimular, no logra del todo ocultar. Al hacer esto, el sujeto se libera de represiones y recuerdos perturbadores de la conciencia, que le imposibilitaban su equilibrio psíquico; viene a ser un auténtico desahogo. Constituye toda una terapia materializada en la pared del excusado.
En definitiva, existen cinco subclases principales de grafitis escatológicos: 1.- Los de humor relacionados con la temática. 2.- Los refranes, pasatiempos y acertijos ya estereotipados. 3.- Los de desahogo y expresión de lo que estaba reprimido. 4.- Los de descrédito con verdades y/o mentiras, amparados en el anonimato. (Los mitómanos suelen emplear mucho esta modalidad). 5.- Los interactivos, que pueden ser combinaciones de los cuatro primeros, o no, pero con consejos prácticos aportados por los demás usuarios.
Evidentemente que los más interesantes por su autenticidad son los pertenecientes a las 3ra., 4ta. y 5ta. categorías, sin menosprecio de las dos primeras. Pueden aparecer en los baños, igualmente, grafitis fuera de contexto, pertenecientes las más de veinte categorías diferentes existentes; o bien, algunos mixtos.
En este último apartado incluyo a los propagandísticos, tanto políticos así como también los religiosos, en una especie de proselitismo íntimo, en el momento en que la persona se encuentra consigo misma. Los religiosos vendrían a ser como una anti-campaña, es decir, el lugar seleccionado por el autor de la propaganda religiosa para que el sujeto que se expresó con tanta vulgaridad, se arrepienta de ser tan soez, y se encamine por otro sendero, o por lo menos lo intentan. Los de propaganda política se relacionan, quizá, más con el humor que con la misma política; aparte de los empleados para intentar desacreditar al partido contrario, asociándolo con los excrementos. Está claro que se trata de un medio de expresión muy sucio, tomando este vocablo en cualquiera de su significados.
Es importante señalar el empleo frecuente de pintadas y dibujos en los baños, la mayoría de las veces alusivos a los órganos sexuales. Otra variante consiste en la transformación de la pintada, por sucesivos grafiteros. Por ejemplo, de una cara se aprovechan los ojos para plasmar unos testículos, y de la nariz hacer el pene; o bien, de un corazón sacar una vagina, y así sucesivamente.
Es preciso también señalar que existen diferencias apreciables entre los sexos, en cuanto a los grafitis escatológicos se refiere, ya que las mujeres son muy prácticas, y por eso dan y piden consejos a las demás. En cambio, el hombre es muy vanidoso y le gusta desacreditar a los demás como forma de intentar eliminar la competencia, o también, prefiere auto-alabarse.

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