jueves, septiembre 10, 2009

CONCLUSIONES PSICOLÓGICAS DE LA TELEVISIÓN: EFECTOS Y DEFECTOS (4ta.parte)


LA CHICA DE PLATA (foto: FAUSTINO PÉREZ)


Por FAUSTINO PÉREZ

21.- La televisión refuerza los llamados "tics", los gestos, y las frases de las personas que aparecen en ella habitualmente, y que los repiten cada vez que tienen la oportunidad. Si tienen gracia, se comentan entre los televidentes, son imitados por el público, y eso provoca que lo sigan haciendo porque producen de alguna manera una retroalimentación en los personajes televisivos. Por ese motivo se utiliza deliberadamente a la TV para "pegar" una seña de identidad; como podría ser cualquier cosa que se diga, que se haga, o que se muestre, cada vez que pueden. Este efecto se puede producir igualmente con la indumentaria.

22.- Por ahora, el televidente no ve lo que le gustaría ver, ni mucho menos lo que tendría que contemplar desde el punto de vista de la necesidades de un país, sino, lo que él se ve precisado a mirar y a seleccionar de aquello que la programación le presente; en incluso, se da frecuentemente el caso de que no sepa lo que hay disponible en los canales, por falta de tiempo, de ganas, o por otros motivos. Por otra parte, y lo que es peor aún, "el televisor acaba por configurarse totalmente como la terminal que los órganos del poder tienen instalada en cada uno de los hogares de los contribuyentes". (24)

23.- La televisión puede destacar y exagerar fácilmente lo bello y agradable, pero también, lo feo y lo desagradable, según convenga. Por ejemplo, un camarógrafo siempre puede encontrar "evidencias" para apoyar cualquier cosa que se quiera expresar. Supongamos que se desee mostrar que la ciudad tiene mucha basura, o lo contrario, que está limpia; a pesar de que todo es relativo, el técnico elige el lugar, el ángulo, y las tomas que le convienen, para lograr sus objetivos, y así pone de manifiesto lo que quiere.

24.- La televisión impregna y “machaca” el sistema nervioso de la teleaudiencia; sin olvidarnos, además, de las repercusiones que tiene en la vista y en el oído.

25.- La programación de la televisión condiciona sobremanera al televidente; de tal suerte, que lo puede motivar a llorar o a reír, a odiar o a querer, a sentirse agobiado o aliviado, a creerse alguien feliz o infeliz, a ponerse violento o pacífico, etcétera, a base de darle un mecanismo de escape psíquico, o incluso, físico, para que se desahogue.
Naturalmente que cada telespectador, tiene diferentes grados de sugestionabilidad, pero siempre existe una motivación para cada predisposición. Hay programas de TV conocidos, en los cuales ya la audiencia sabe que van a provocar el llanto de alguien, bien por el tema y/o por los mecanismos de sugestión.

26.- Las naciones y canales de televisión, conjuntamente con las cadenas, que tienen una mayor cuota del mercado internacional por cable o por satélite, "exportan" sus problemas sociales, sus virtudes y sus prejuicios; de tal suerte, que por ejemplo, en los países periféricos se sabe más acerca de la discriminación racial o religiosa en lo EE UU, que lo que sucede en esas áreas en sus propios patios traseros; asimismo, se conocen mejor las hazañas de un jugador de baloncesto, de la National Basketball Association, que de sus propios deportistas, o los detalles de un incendio en un bosque de California, antes que un hecho similar en su propio país.

27.- Si se desea, es fácil "manipular" la edad real de las personas que aparecen en la pequeña pantalla, sencillamente empleando imágenes de archivo; aparte de las ventajas que se logran con el maquillaje, las pelucas, los tintes, la indumentaria, etc.

28.- La TV tiene la posibilidad de repetir en el aire (replay), lo que sucedió en el tiempo pasado y en otro espacio; lo cual es muy práctico para enfatizar algo, o para la creación de arquetipos e iconos, amén de la situaciones arquetípicas.
Un efecto deseado, o no, lo tenemos en el caso de Bin Laden, convertido en un ídolo para los frustrados, desposeídos y resentidos del mundo.
Este efecto se utiliza mucho, por igual, en los deportes en los casos de las jugadas y sucesos más relevantes.

29.- Si el televidente cree en una mentira cualquiera en la vida real, independientemente de la TV, al tratarse de un concepto operante en él, se convierte en "su" verdad. Ahora bien, la televisión sirve idóneamente para confirmar y reforzar ese criterio operante en el televidente, de tal forma que con la TV el sujeto cree aún más en aquello en lo que él puso su credibilidad, y llega a "comprobar" que su idea era muy cierta. Esto sucede porque en la programación televisiva se transmiten programas para todos los gustos y criterios.

30.- Para meditar o ponderar un tema o asunto, es mejor leerlo que contemplarlo en la televisión de programas, porque la lectura puede ser llevada al ritmo que uno quiera, y además, se tiene la posibilidad de repertirla cuantas veces se desee; es decir, que no se depende de las necesidades, compromisos, y selección del canal. Con el video-tape-recorder, también conocido como magnetoscopio, o grabadora de vídeo, se resuelve el problema de repetición de la lectura, empero, el libro sigue siendo más cómodo, y liviano para trasladarlo a cualquier sitio. Otro problema distinto es si el libro digital, conocido como e-book, sustituirá el libro de papel, o cuál es más práctico de leer y de llevar.

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