martes, mayo 27, 2008

OPINIÓN DE BERNARDO HIRÁN ACERCA DE LA FUNDACIÓN DE LA UASD

OPINION DE BERNARDO

PRESENCIA SALMANTINA EN SANTO DOMINGO

BERNARDO HIRÁN SÁNCHEZ M.
martes 26 de junio de 2007, 06:35:47 PM (AST)


A más de quinientos años del descubrimiento y colonización del continente americano por parte del imperio español, han surgido más de una controversia en torno a los legados que dejaron los colonizadores españoles en Santo Domingo, encontrándose entre dichas controversias la primacía entre las ciudades del nuevo mundo en la cual se estableció la primera de las universidades en las tierras descubiertas.
Se acepta de manera generalizada el acontecimiento histórico que le confiere a la isla Española el privilegio de ser la primera en el orden cultural, porque en ella se establecieron las primeras escuelas y se fundó la primera universidad, además de ser la primera en el orden político, administrativo y apostólico, donde se asentó la primera capital de la conquista, donde se estableció la primera audiencia, se edificó la primera catedral y se cantó la primera misa. Tan cierto es lo anterior que de las evidencias extraídas de los libros y documentos, cuidadosamente conservados en la biblioteca de la Universidad de Salamanca, sobre las universidades fundadas en el Nuevo Mundo, surgen nuevos hallazgos, fortaleciendo los argumentos a favor de la más vieja universidad de toda América: la Universidad Autónoma de Santo Domingo, fundada el 28 de octubre del 1538.
La existencia de la entonces Universidad de Santo Tomás de Aquino, hoy Universidad Autónoma de Santo Domingo, se remonta al siglo XVI, encontrándose sus orígenes en el convento de predicadores dominicos, quienes luego de hacer una suplica de fundación de una universidad en la isla Española, directamente al papa Paulo III, tal y como consta en el bulario de la Universidad de Salamanca, documento 1346, recopilada por Vicente Beltrán de Heredia, obtienen la aprobación, mediante la bula papal in apostulatus culmine, de constituir jurídicamente la primera de las universidades de la primera generación de universidades de ultramar de España. Fundamentada en los regímenes académicos de la Universidad de Alcalá de Henares, el Alma Máter de la Universidad de Santo Domingo, Primada de América, y de la Universidad de Salamanca. De ésta forma a la primada de América se le conceden los privilegios de dos Universidades, entre ella la primera del viejo mundo la de Salamanca, a diferencia de las demás universidades fundadas a posteriori en tierra continental de América, las cuales fueron fundadas atendiendo a una determinada universidad perteneciente a la metrópolis.
En efecto, el surgimiento de la universidad en la isla Española, se remonta a la existencia del estudio general de los dominicos de Santo Domingo, el cual fue en su primera organización una pequeña copia del Convento de San Esteban de Salamanca. Sin embargo, los integrantes de la orden religiosa, quienes procedían de una comunidad forjada en el quehacer de la enseñanza universitaria, entendieron que a ésta formación académica superior le faltaba el complemento necesario de una universidad, única institución con facultad para conferir grados. Siendo favorecidos en sus intenciones por el esfuerzo de la corona española de poblar de universidades al Nuevo Mundo, tal y como lo demuestra el hecho de que, aun no bien había concluido la colonización del resto de las tierras descubierta, cuando ya a tan sólo cuatro décadas se funda en Santo Domingo, la primera Universidad de América, que conjuntamente con otras veintinueve universidades españolas, fundadas en menos de tres siglos en el nuevo continente, sobrepasaban la cantidad de centros de enseñanza superior en la metrópolis misma.
En la actualidad, las mismas universidades que dieron origen a las universidades del continente americano, reconocen que mediante la bula papal In apostolatus culmine, se erigió la Universidad de Santo Domingo, en la Isla Española, por lo que nace pontificia bajo los privilegios de las Universidades de Alcalá y Salamanca, sirviendo desde sus inicios como centro de enseñanza religiosa, pues surge como una universidad híbrida convento-universidad, modelo inspirado en Alcalá, que era colegio-universidad, al coexistir dos instituciones: el convento o seminario que dio cimiento a la institución universitaria, con capacidad de otorgar grados académicos.
Es así como del estudio conventual, bajo la denominación de la Orden de Predicadores de los dominicos, quienes comienzan propiamente la evangelización y colonización, hacia el 1510, a raíz del establecimiento de la Real Audiencia, fundan los primeros conventos dominicos, convertido posteriormente en Estudio General, mediante aprobación emitida por Clemente VII, en el Breve In Splendide die, del 9 de enero de 1532, quien daba autoridad apostólica al estudio general en Santo Domingo, ordenándoles guiarse por las prácticas de los estudios generales de la Orden establecidos en París y en Coimbra. Surge, de éste modo, el germen que daría origen a la Universidad de Santo Domingo, siendo sus fundadores hijos del convento salmantino de San Esteban, incorporado a la Universidad de Salamanca.
Debido a que en el documento fundacional, los predicadores dominicos se comprometían con la formación de los evangelizadores, además de cubrir los requerimientos de personas formadas en los aspectos educativos, administrativos, judiciales sociales, y de gobierno, las primeras Facultades de la Universidad en funcionamiento se correspondieron con la función evangelizadora de los frailes dominicos, por lo que se inició con las de Teología, Artes y Cánones, añadiéndosele más tarde a instancia de Fr. Juan Gómez, los estudios de Gramática.
Dada la influencia salmantina en la Isla Española, no es de extrañar que hayan sido frailes dominicos los primeros en levantar la voz en protesta contra los abusos de los encomenderos, pues su principal vocero fray Antonio de Montesinos, junto a Pedro de Córdoba, y fray Bernardo de Santo Domingo, procedían del Convento de San Esteban, formados en la Universidad de Salamanca, a la luz de las enseñanzas de Fray Francisco de Vitoria, reconocido como el padre del Derecho Internacional.
En cuanto a la condición de Universidad lo evidencian, además de su edificación y la documentación, las personas que allí se formaron, al contactarse la presencia de religiosos que habían sido alumnos de Alcalá, Valladolid, Sevilla, y Salamanca. Existen indicios de los dominicos ocupados en la docencia en el Estudio Conventual, luego Estudio General, y en la Universidad misma, una vez fundada, hasta pasar a Tierra Firme, entre ellos debe recordarse a fray Tomás de Berlanga, primer prior por elección del convento de La Española, a fray Domingo de Betanzos, luego misionero en México y Guatemala, y fray Bartolomé de Ledesma, uno de los grandes teólogos, discípulo de Vitoria en Salamanca, que enseñó en Santo Domingo, y luego fue uno de los miembros más destacados de la naciente Universidad de México, pasando después a Lima.
La evidencia documental apunta hacia la primacía fundacional de la Universidad de Santo Domingo, esto así a pesar de las contradicciones surgidas en torno al documento fundacional, debido a que el original se ha perdido, lo mismo que la copia directa y primigenia del Vaticano, aunque existe una copia legalizada en el Archivo General de Indias y data de 1542, es decir antes de la de Lima de 1551, tal y como lo confirma el historiador Vicente Beltran de Heredia, producto de sus investigaciones en el Archivo del Vaticano, realizadas hacia 1953-1954, lo que prueba la autenticidad de la combatida bula In apostulatus culmine.
Al final, queda fuera de todas dudas que la Universidad de Santo Domingo es la primera presencia de la institución universitaria en el primer frente ibérico, donde se dio la novedad de la primera simbiosis en el encuentro de las dos culturas, y donde se establecen las primeras instituciones europeas. Esta es la primera piedra del trasplante del régimen universitario español al nuevo mundo, colocada en la primera ciudad de ultramar, a muy pocos años del descubrimiento.
El Autor es de origen dominicano

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