viernes, diciembre 29, 2006

EL PERSONAJE ENIGMÁTICO

Por FAUSTINO PÉREZ

Ese señor realmente no sé quién rayos es, pero yo intuyo que debe de ser alguien muy importante por la cantidad de escritos que publica. Es más, yo apostaría a que tiene que ocupar un cargo de, por lo menos, catedrático de alguna prestigiosa universidad, o ser consejero de una o varias instituciones de prestigio. Sería un verdadero privilegio el recibir clases de una personalidad auténtica como esa. Es tan y tan notable que siempre lo mencionan al principio de los escritos. Me han dicho que escribe en muchos idiomas, ¡sólo Dios sabe cuántas lenguas domina!, pero no me importa tener que acudir al diccionario, las veces que sean imprescindibles; de todas formas, siempre que veo su nombre siento una enorme satisfacción, bueno, más bien admiración. ¡Un auténtico políglota! Realmente me place leerlo, por su enjundia, y lo que más me asombra es que invariablemente lanza una frase genial para cada ocasión, siempre breve, nunca he visto que se haya extendido. ¡Eso es lo que se llama un verdadero erudito!, no como otros que escriben sin saber de lo que están hablando. Yo tengo la impresión de que debe de ser un autor muy plagiado, o como mínimo muy citado, pero tengo la desdicha de que nadie me lo ha presentado. Bueno, es un tipo efectivamente fuera de serie, un genuino sabio, sustancioso, que va al meollo del tema, y eso no se ve todos los días. Nunca he advertido que escriba algún desatino, ni que divague, ni mucho menos que dude; siempre va al grano con oraciones redondeadas, coherentes, precisas y puntuales. He notado también su desenvoltura en la escritura, yo me atrevería a proponerlo para un premio importante. Todo lo anterior palidece ante su dominio de la sintaxis y, encima, hace galas de un léxico fuera de serie. Tiene una elegancia y un estilo en el dominio del idioma envidiables. Ando tras algo que me dé una pista, que me informe; tampoco tengo la más mínima idea de su nacionalidad, tendré que preguntar a mis amigos o indagar en alguna biblioteca buena. Otra cosa que me extraña, es que no le rinden homenajes ni le otorgan doctorados honoris causa, ni tampoco emplea su nombre de pila, sólo el apellido. Hace tiempo que ando buscando una biografía suya en las librerías, de esa lumbrera de hombre, pero no encuentro nada; los dependientes, invariablemente, lo único que hacen es esbozar una sonrisa contenida al escuchar mi pregunta, se tapan la boca con las manos, se ruborizan y se ponen nerviosos, y me responden entre dientes que no tienen. La ignorancia de la gente no reconoce fronteras. Tengo la corazonada de que a lo mejor pueda encontrar algo acerca de él en el Internet. Estoy seguro de que no asiste a las charlas, no tiene ponencias, ni va a las exposiciones, ni mucho menos a los conciertos, porque yo me hubiese enterado. En parte es comprensible, porque debe de estar muy ocupado con sus amados libros, o quizá sea tímido, no le guste perder el tiempo, o no desee provocar la envidia de lo demás. El país que tenga el privilegio de tener un letrado de esos quilates, un ser humano tan conspicuo, se encamina irremediablemente hacia el progreso ¡in-de-te-ni-ble! A pesar de todo, yo me imagino que un ensayista tan prolífico como ese debe de aparecer miles y miles de veces en la red. Aunque, a veces me pregunto en mis adentros, si un intelectual de ese calibre puede tener tiempo para dedicárselo a una esposa o a una novia, a una amante, o para criar sus hijos, para divertirse…Porque intelectual sí que es, ya que es original, crítico, maneja las ideas con destreza y soltura, y tiene sabiduría. Es increíble, pero no puedo imaginármelo físicamente, ¿y si resultase ser un pedante?, con mucha pose de genio trasnochado, o malhablado, o que contestase con monosílabos. Es probable que use gafas, o a lo mejor tiene bigote, y de su tamaño no tengo la más mínima idea, de lo que no se duda es de su altura intelectual ¡Caramba, por qué unos tienen tanto talento y otros tan poco!; esas son de las injusticias que no comparto, hay algo que está mal en este mundo.
¡Tengo una idea!, en vista de que yo tengo muchos lectores, y a lo mejor alguien conoce a este portentoso señor, les quería pedir, encarecidamente, a quienes me leen, que no se les ocurra dejar de presentarme, por lo que más quieran, al Dr. Anónimo.

1 comentario:

Alguien dijo...

El anonimo representa la craga negativa en esta esfera de los blog. Hay q dejarlo, para q contamine a otros.